ALGARINEJO: Inicios y fases prehistóricas...

Inicios y fases prehistóricas
Las tierras de Algarinejo están pobladas desde el Paleolítico Inferior hace 400.000 años y, desde este origen hasta la actualidad estén presentes todas las culturas históricas y sus manifestaciones materiales; esta riqueza patrimonial es de gran valor para situar la región como una de las principales áreas de interés histórico de Andalucía.
Algarinejo se localiza con funciones de nudo articulador, rural pero estratégico, entre los principales centros urbanos del eje histórico de poblamiento llamado ciudades medias andaluzas, esto es Loja, Priego, Montefrío y Lucena.
Esta situación y la calidad de los recursos ambientales fueron dos importantes factores para explicar el denso asentamiento histórico de la zona. Las coyunturas históricas y políticas han determinado un devenir histórico singular que nos ha legado uno de los conjuntos patrimoniales más singulares de Granada.
Tras los tiempos paleolíticos de cazadores recolectores de tipo nómada y habitante de cuevas y zonas al aire libre abundantes de sílex y recursos silvoforestales, las primeras aldeas de cabañas con zócalos de piedras y cubiertas de barro se posicionan hacia el 3000 años.
Estas primeras comunidades sedentarias tenían además puntos de explotación ganadera con precarias estructuras de habitación adosadas a necrópolis megalítica (cámaras funerarias colectivas de grandes piedras) en algún caso. Estos campamentos se situaban al amparo de fuentes altas de montaña, pastos y dehesas de gran potencial y siempre cercanas a recursos líticos de gran calidad para su explotación minera.
Este sistema de explotación campesino que de origen entre otros al patrimonio de vías pecuarias o pasos históricos del ganado, permanece muy estable 1.500 años (3000-1500 años). Al final de esta secuencia y en un momento de ruptura social-económica, las poblaciones agrícolas y ganaderas que vivían en las vegas bajas, en los nudos de los pasos ganaderos, inician la colonización de espacios mejor defendidos, es decir, cerros espolonados, muy abruptos y situados en los nudos de las vías ganaderas.
Estas poblaciones se sitúan casi 700 años en estas zonas altas, más ganaderas si bien asegurando la explotación en pequeñas vegas con manantiales seguros que permiten una agricultura más intensiva. La metalurgia adquiere gran interés por la existencia de vetas cupríferas que se explotan con mayor intensidad