El caso es que alguna vez, subí aquí con el abuelo a la amanecida y notaba sensaciones extrañas. A esas horas, en la Tiñosa casi todos los seres están quietecitos; esperando que se eleve el sol y venga la luz, para disipar el rocío, las inquietudes y los miedos de la oscuridad. Hasta que va clareando, en ese beso de despedida interminable entre la noche y el alba. El mundo comienza a ser mas hermoso Y algunos pajarillos gorjean y vuelan de un lado a otro. El aroma intenso a monte fresco, a romero,
... (ver texto completo)
Según el tío abuelo, a principios de
otoño, los ocasos en la Tiñosa son como un adiós lleno de presagios, con un
cielo cabalgado por cúmulos gigantescos, semejando un gran rebaño errante de figuras monstruosas. La luz del
atardecer se debilita y tras las crestas lejanas, asoma la luna llena, hermosa y grande, bañando la
sierra de plata. Y, ahí, es cuándo las cosas se transforman y comienzan la magia y los misterios de la
noche en la Tiñosa, tal como le pasó a el con las ensoñaciones del aquelarre
... (ver texto completo)