Aunque se trata de una iglesia de construcción reciente (aproximadamente del año 1970-1971) tiene un encanto especial por el reducido tamaño de la nave y por su decoración, que recuerda a las capillas típicamente andaluzas.

Nuestra feria, que comienza el día 25 de julio, es obligada la visita a esta localidad, pues se celebra una preciosa fiesta en la plaza conocida como "plazoleta" donde escuchar música y disfrutar en compañía de las gentes de esta población.

Por San Blas hacemos las candelarias. Todos los años, en las Fiestas, se elige a la reina de las fiestas entre las mujeres de El Tejar, que en principio se hace según belleza, realmente la elección se hace por edad y criterio de los organizadores.
Otra costumbre llamativa de esta población es el admirable cuidado y limpieza de fachadas, rejas, puertas y acerados.

Esta localidad fue en su tiempo centro importante de fabricación de tejas y ladrillos, siendo numerosos los tejares en lo que trabajaron aldeanos como Don Patricio Gomez Leiva.

Este pueblo presenta actualmente una fisonomía muy diferente a la de antaño, pues esta aldea, se reducía prácticamente a la casas situadas en la parte baja, como se puede apreciar por las características de dichas construcciones. Actualmente, las casas más antiguas ocupadas antaño por inmigrantes trabajadores del campo han sido derruidas debido al mal estado en que se encontraban y en cambio, se ha limpiado la zona se ha dejado como supuesta zona verde (pues a día de hoy no queda más que un descampado), aumentando así la calidad de vida del pueblo.

Otro acontecimiento importante para esta localidad fue la implantación de la Oleícola, empresa puntera en su día y que en la actualidad ha derivado gran parte de sus labores a otros destinos, cosa que los habitantes agradecieron considerablemente pues los constantes vertidos de residuos volátiles y humos procedentes de la actividad de esta central térmica eran fuente de continuas quejas por parte de los aldeanos que cansados de esta situación veían la perdida de calidad de vida que en el pueblo esto generaba.

Fue también una aldea con un gran número de cantarerías (llegó a tener hasta siete), siendo muy valorada esta actividad en las poblaciones colindantes.

Son varias las familias británicas que se han instalado de forma permanente en esta localidad, buscando la tranquilidad, la buena comunicación geográfica y el clima. Ello aporta un ambiente multicultural interesante, a pesar de que las costumbres de estos nuevos inquilinos difiere en gran parte del resto de los habitantes de la localidad, pues su principal actividad lúdica consiste en pasar largas jornadas (en ocasiones de sol a sol) sentados en las terrazas de los bares locales a beber cerveza y demás bebidas alcohólicas hasta en ocasiones perder el conocimiento.

Es importante resaltar, que El Tejar está situado dentro de la ruta del famoso bandolero "El Tempranillo", como bien lo señala la indicación sobre la fachada de la Iglesia.

Son dos los establecimientos donde pernoctar en el Tejar.
Sin olvidar nuestro aceite de oliva.
En su entorno, es aconsejable visitar la llamada "Fuente de la Dehesilla", aunque en la actualidad, debido al mal uso de la zona por parte de cierta empresa de deportes de aventura, la zona se encuentra totalmente destrozada e incluso la famosa fuente donde antes se podía beber agua potable procedente de un manantial natural, ha sido alterada de forma que ha dejado de fluir el agua a través de ella, en años anteriores esta era una zona de descanso de fácil acceso junto al Río Genil y rodeado de arboledas con instalaciones como mesas y sillas para merendar, aunque actualmente debido a los motivos citados anteriormente no queda ningún tipo de instalaciones.

Hace aproximadamente una década era frecuente encontrar en el lugar numerosas tortugas, lo que llamaba la atención todo el que se acercaba a este bello lugar, aunque en la actualidad, debido al mal uso de la zona por parte de los visitantes, que capturaban de forma ilegal e indiscriminada a estos animales, ya no es posible encontrar ninguno.