No se si os acordáis que los chiquillos soliamos ir al campo a buscar por los barbechos trozos de metralla y balas de cuando la guerra, y cuando teníamos un kilo o así íbamos a casa de Miguel el de la Pantoja o Patoja, que no recuerdo bien, y nos lo compraba. Pues bien, yo recuerdo que un día íbamos un primo mío y yo, (no digo el nombre porque no le he consultado para contarlo) buscando hierros por los barbechos cuando escondido entre unas matas, como si estuviera así medio abandonado, nos encontramos dos escoplo de un arado, era por la zona del pozo dos y había un hombra labrando a lo lejos labrando sus tierras, así que cojimos nuestro escoplos y nos fuimos a vendérselos a Miguel, no nos preguntó por la procedencia de aquellos hierros y nosotros convencidos de que eran nuestros se los vendimos y nos dió seis pesetas que en aquellos tiempos era un dineral, claro que en realidad aquello valía mucho más, pero esl ganaba y nosotros también, la cuestión es que nos repartimos el dinero y nos compramos de todos y hasta un par de cigarros, a mi me sobró algo de dinero y me lo guardé para que no me lo encontrara mi madre pues no queríamos que se enterara nadien. Al día siguiente al salir de la escuela me estaba esperando mi madre, resulta que los escoplos eran del labrador que los había dejado allí para cambiárselos al arado y preguntando preguntando llegó hasta el recobero y este le dijo que eramos nosotros los que le habíamos vendidos los hierros, total que se enteró mi madre me cogió con una mano del pelo, (entonces tenía más que ahora), y con la otra la alpargata, y me decía te voy a sacar el dinero de la pellica me pegó una paliza tan grande que al día siguiente no me pude levantar de la cama.
Para rosarito, que se que le gusta leer estas historias rañeras. Paco.
Para rosarito, que se que le gusta leer estas historias rañeras. Paco.
Buenas tarde Paco, me he reido un rato con tu escrito, la verdad esque ante nuestra madre no se cortaban un pelo en quitarse la zapatilla y parecia que estaban quitando el polvo de los corchones por la fueza conque daban con ellas. Yo recuerdo ya estando en Valencia que mi padre me contaba cosas del pueblo y hablaba de un paisano nuestro (omito el nombre) que cuando estaba en la puerta de su casa fumando y alguien pasaba y no tenia fuego le dicia ¡al favor hombre dame fuego! el le daba una calada al cigarro le hechaba el humo y le decia ¡está apagao!.
Me ha encantado leerte.
Un abrazo Rosarito
Me ha encantado leerte.
Un abrazo Rosarito