En
España se conservan todavía muchas
puertas de
iglesias y de
casas señoriales con notabilísimos ejemplos de aldabas y aldabones, muchos de ellos de valor
artístico. La forma más antigua y también más usual fue la de argolla suspendida bien de una anilla o bien de una cabeza de
león o grifo que se destaca en el centro de una
placa circular o en el vértice de un cono cuya base está sobre la
puerta. La argolla suele estar facetada de cuatro caras adornadas con labor lineal grabada que se repite generalmente en el disco. Se descubre en todos los caracteres de estos aldabones una influencia del
arte árabe.