En la Edad Media, como complemento del sistema defensivo formado por castillos y fortalezas y una milicia que recorría a caballo la costa a diario, se construyó un rosario de torres vigías que jalonaban la zona costera desde Ayamonte a Gibraltar. Una de estas era la torre del Puerco. Estas torres ponían en alerta a las torres vecinas mediante un sistema de ahumados y señales con fuego, avisando a las poblaciones para que estuviesen alertas. Con el paso del tiempo estas torres quedaron en desuso convirtiéndose en testigos mudos de un pasado lleno de sobresaltos.