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SANTA MARIA DE NIEVA: Estuve con mis nietos toda la tarde; la madre estaba...

Estuve con mis nietos toda la tarde; la madre estaba trabajando, la abuela en el consultorio de la otra hija (de la que hace de secretaria, por que ella siempre dijo –y lo hizo- tiene que trabajar). A eso de las 18 hs., llegó mi hija Gabriela, madre de los niños.
Conversamos un poco y se marcharon.
Quedo solo cuando, repentinamente me surge un recuerdo de Nieva –cuando no-; recuerdo entonces lo que me acababa de decir Isabel, recuerda y escribe, y así me dispongo ha hacerlo. Haber que les parece el recuerdo; no es gran cosa.
Mi padre, Baltasar Collado, entre otras muchas actividades, tenía la taberna de Nieva. En sus constantes innovaciones, un día mata un cordero, un cordero nó, un CARNERO, que es un cordero con varios años.
Destino de la carne del carnero? Consumo de la casa y tapas de las copas para los parroquianos. Por supuesto que la carne duraba varios días.
Uno de esos días, se encontraban varios habitúes tomando “unos chatos”, cuando llegó un hombre –que para los chiquillos que por allí jugábamos era un viejo-, del lado del Puertecico; se unió al grupo y con ansias empezó a comer una de las tapas de carne de carnero. No recuerdo con quien me encontraba en ese momento, pero sí que nos llamó la atención como este hombre, tenía un pedazo de carne tomada con los dientes, de un extremo y del otro tiraba con los dedos; aflojaba y volvía a tirar. Parecía estar tocando, una extraña y curiosa acordeón. ¿Se imaginan lo dura que sería esa carne?
Esa escena nos resultó muy graciosa y a raíz de ella le pusimos de mote “El Tío del acordeón”. Después cuando lo veíamos venir, -y principalmente con mis hermanos-, decíamos: allí viene el tío del acordeón.
Eso es todo, espero haber sabido relatarlo. Un abrazo.