Sabe Don Leocadio que he estado un par de veces, unas dos semanas en la Isla de Lanzarote, una de viaje de novios y en otra ocasión por motivos profesionales. Recuerdo la impresionante vista desde EL Mirador al archipiélago " Chinijo". Incluso pasamos un día entero en la Isla Graciosa. A la ida mal calma pero a la vuelta menudos botes pegaba la embarcación; y en cubierta empapados. En cierta manera me recordaba la vuelta con fuerte viento de poniente de cara desde San Pedro a Las Negras. Mi mujer y yo siempre comentamos que ese trocito nos recordaba a un sitio que conocemos en Almería. Usted ha dado en la llaga del problema de la pesca submarina: pobre de aquellos que se desmadren y los pillen. Usted sabe que aquí no había ningún temor y todavía me parece más grave que haya gente que ha traicionado nuestra historia, que es la historia de nuestros antepasados y que han vendido por unas perras miserables el Paraíso de San Pedro. Y descuide don Leocadio que nunca fui un depredador, lo único que me apasionaba más pescar a pulmón libre que a volantín, que fue como me enseñó mi padre. Yo sé que a él en el fondo no le hacía mucha gracia pués sabía de los peligros de la borrachera del submarinista y de la narcosis del nitrógeno. El equilibrio ecológico es responsabilidad de todos lo que ocurre que ni unos ni otros, ni las autoridades ni los pescadores responsables que respetan el mar (de lienza, de volantín, de palangre, de arpón y de fusil, independientemente del arte que utilicen) fuimos capaces de frenar los abusos de los depredadores (que no solo utilizaron artes de pesca para conseguir sus destructores fines). Pero por suerte corren otros tiempos. Nuestro mar sí ha quedado protegido con este asunto del Parque Natural Marítimo - Terrestre pero del entorno terrestre la situación es de sobra conocida y queda mucho por hacer y por RECONSTRUIR.
Quisiera tener un recuerdo para personas que conocí amantes del mar en nuestro PARAÍSO: Félix, Ricardo Buendía, Marcelo, Juanito " El Pescador", Carlos Garriga... Los que no mencione, que me perdonen, que los llevo igualmente en el corazón.
Para ellos mi respeto, mi recuerdo y mi oración.
El último de los que he mencionado era un atleta y era un año mayor que yo. Estaba acabando la carrera de Medicina y jugaba en la División Nacional de balonmano pero hace años (casi veinte) un desgraciado accidente a comienzos de septiembre de pesca submarina en Cala Chumba se lo llevó. Lo recuerdo perfectamente porque esa desgraciada tarde casualmente pasé por el mismo lugar del accidente, pués mi amigo ÑOÑO que era hijo de un mando que hubo de la Guardia Civil en Níjar, nos prestó para estrenar la ZODIAC un motor HONDA que era de gasolina sin mezcla en el depósito. Estuvimos en Aguamarga y a la vuelta todavía seguían pescando tres buceadores con su embarcación anclada, los mismos que habíamos visto a la ida. Parece como si lo estuviera reviviendo. Uno era Carlos y los otros dos eran hermanos, Jose y Rafa. Los hermanos volvieron por la noche a Las Negras a dar el aviso de que Carlos no aparecía. Toda la noche la gente del pueblo se volcó con sus barcos a buscarlo, pues alguien pensó que quizás estaría en una piedra esperando o que incluso volvería andando. Pero al día siguiente se metió viento de levante y los bomberos de Almería encontraron el cuerpo sumergido a unas 8 brazas junto a Cala Chumba (la braza para el que no esté familiarizado con el mundo submarino es una unidad de longitud naútica para profundidades, ya arcaica e imprecisa equivalente a dos brazos extendidos; la braza española 1.6719 metros, y la braza inglesa 1.8288 metros). Prefiero no seguir con la descripción de la llegada del cuerpo a Cala Espuma. Aquel fatídico día nunca se me olvidará en un ambiente de terrible conmoción y de escenas de dolor verdaderamente tristes. Una calle en Las Negras lleva su nombre.
Quisiera tener un recuerdo para personas que conocí amantes del mar en nuestro PARAÍSO: Félix, Ricardo Buendía, Marcelo, Juanito " El Pescador", Carlos Garriga... Los que no mencione, que me perdonen, que los llevo igualmente en el corazón.
Para ellos mi respeto, mi recuerdo y mi oración.
El último de los que he mencionado era un atleta y era un año mayor que yo. Estaba acabando la carrera de Medicina y jugaba en la División Nacional de balonmano pero hace años (casi veinte) un desgraciado accidente a comienzos de septiembre de pesca submarina en Cala Chumba se lo llevó. Lo recuerdo perfectamente porque esa desgraciada tarde casualmente pasé por el mismo lugar del accidente, pués mi amigo ÑOÑO que era hijo de un mando que hubo de la Guardia Civil en Níjar, nos prestó para estrenar la ZODIAC un motor HONDA que era de gasolina sin mezcla en el depósito. Estuvimos en Aguamarga y a la vuelta todavía seguían pescando tres buceadores con su embarcación anclada, los mismos que habíamos visto a la ida. Parece como si lo estuviera reviviendo. Uno era Carlos y los otros dos eran hermanos, Jose y Rafa. Los hermanos volvieron por la noche a Las Negras a dar el aviso de que Carlos no aparecía. Toda la noche la gente del pueblo se volcó con sus barcos a buscarlo, pues alguien pensó que quizás estaría en una piedra esperando o que incluso volvería andando. Pero al día siguiente se metió viento de levante y los bomberos de Almería encontraron el cuerpo sumergido a unas 8 brazas junto a Cala Chumba (la braza para el que no esté familiarizado con el mundo submarino es una unidad de longitud naútica para profundidades, ya arcaica e imprecisa equivalente a dos brazos extendidos; la braza española 1.6719 metros, y la braza inglesa 1.8288 metros). Prefiero no seguir con la descripción de la llegada del cuerpo a Cala Espuma. Aquel fatídico día nunca se me olvidará en un ambiente de terrible conmoción y de escenas de dolor verdaderamente tristes. Una calle en Las Negras lleva su nombre.