Si amigos, esto es como la “Parrala”: unos decían que sí, otros decían que no……
Así me tomo lo de mi operación, como la canción de la Parrala.
Debido a urgencias que han afectado a mi intervención, y a las próximas fiestas navideñas en las cuales quedan cerrados los quirófanos salvo para alguna urgencia, mi caso ha sido relegado, sin decirme una fecha en concreto. Creo que será pasadas dichas fiestas cuando tendrán la oportunidad de “esfaratarme” pero yo ya me habré hinchao de turrón, mantecaos, y alguna torta de chicharrones, eso sí! Nada que tenga colesterol como estos dos últimos alimentos. ¿?
No es broma. Recuerdo que pasadas las Navidades siempre quedaban mantecados, y un año según mi madre, se había “pasao” con la manteca al hacer dichos “proyectiles” y les quedaron, pues eso…….. como piedras. Mi padre se levantaba a las 05´00 de la “madrugá” para ir a la mina y tenía por costumbre comerse un par de “proyectiles” acompañados de una copita de anís seco, rebajado con unas goticas de agua, él le llamaba a aquello (una palomilla) aunque yo creo que aquello no tenía nada del susodicho animalico, de golpe y porrazo y nunca mejor dicho, pues eso……se oían unos porrazos sobre la mesa y eran los golpes que le daba mi padre con el puño a modo de maza a los dichosos mantecaos para poder “esmenuzarlos” y llevárselos a la boca. Pobre hombre! Aunque hiciese frio, el ya salía caliente de casa con la “palomilla” y la pelea con los mantecaos.
Así me tomo lo de mi operación, como la canción de la Parrala.
Debido a urgencias que han afectado a mi intervención, y a las próximas fiestas navideñas en las cuales quedan cerrados los quirófanos salvo para alguna urgencia, mi caso ha sido relegado, sin decirme una fecha en concreto. Creo que será pasadas dichas fiestas cuando tendrán la oportunidad de “esfaratarme” pero yo ya me habré hinchao de turrón, mantecaos, y alguna torta de chicharrones, eso sí! Nada que tenga colesterol como estos dos últimos alimentos. ¿?
No es broma. Recuerdo que pasadas las Navidades siempre quedaban mantecados, y un año según mi madre, se había “pasao” con la manteca al hacer dichos “proyectiles” y les quedaron, pues eso…….. como piedras. Mi padre se levantaba a las 05´00 de la “madrugá” para ir a la mina y tenía por costumbre comerse un par de “proyectiles” acompañados de una copita de anís seco, rebajado con unas goticas de agua, él le llamaba a aquello (una palomilla) aunque yo creo que aquello no tenía nada del susodicho animalico, de golpe y porrazo y nunca mejor dicho, pues eso……se oían unos porrazos sobre la mesa y eran los golpes que le daba mi padre con el puño a modo de maza a los dichosos mantecaos para poder “esmenuzarlos” y llevárselos a la boca. Pobre hombre! Aunque hiciese frio, el ya salía caliente de casa con la “palomilla” y la pelea con los mantecaos.
