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RODALQUILAR: Ante todo mis respetos a Don Leocadio Bordón Palenzuela...

Ante todo mis respetos a Don Leocadio Bordón Palenzuela que con su dilatada experiencia de vida, seguro que nos puede enseñar mucho de estas tierras que en su día fueron un auténtico vergel (documentación histórica atestigua la riqueza del subsuelo) y paraíso de la humanidad. Si me perdona Don Leocadio y seguro que le alertará su memoria, me refería al Cortijo cuyas ruinas todavía se observan conforme vamos llegando por el camino principal a su izquierda en dirección a la playa, a unos 400 metros de ésta, una vez pasado el Castillo de Las Alumbres y la Rambla de las Yeguas, justo después de llegar a la altura de la balsa que hay a la derecha del camino. Pero que antes de comienzos del siglo XX se elevó en el lado de la balsa y hacia el sur de la misma. Pero por razones de inundación de las edificaciones al desbordarse las aguas de la rambla se abandonarona las antiguas construcciones y se edificó en el sitio actual elevado sobre el camino en su lado norte, donde actualmente solo quedan las ruinas que deberían servir de ejemplo de una pésima actuación de la Administración, cuando hoy solo se habla del caso de Algarrobicos. Sinceramente resulta emocionante que gentes como Don Leocadio den testimonio de este lugar para algunos extraordinariamente emblemático. Recuerdo hace unos pocos años que se acercó por un apartamento que tengo en Las Negras un señor bastante mayor que nada más verme preguntó por mi padre ya fallecido y que al saber que me llamaba como mi abuelo Ginés el hombre rompió en emoción y comenzó a contarme toda clase de detalles de prácticamente gran parte de su vida que había pasado como aparcero en el Cortijo (denominado históricamente " El Playazo", " Los Torres" o "Hacienda Las Norias"). Lo mismo estaba trillando como estaba regando, como estaba cargando el grano al pajar del cortijo que creo recordar me dijo que estaba situado dentro del cortijo en la segunda planta en el lado de levante. Labores de gente muy trabajadora y sobre todo muy humana y hospitalaria que dejó su esfuerzo en estas tierras, en épocas muy difíciles para el país, pero es nuestra verdadera historia reciente que siempre hay que estudiar para aprender, y de quien mejor se aprende siempre se ha dicho que es de la gente mayor que ojalá nos acompañe muchos años con nosotros. Con relatos de gente como Don Leocadio este foro seguro que crecería en sabiduría para aprender más de este lugar.
Enhorabuena a todos los que tienen la suerte de ser oriundos de esta tierra, como a los que nos consideramos de adopción, y aunque trabajemos lejos casi todos los años seguro que disponemos de algunos días para visitarla.
Un abrazo a todas esas personas.