Poco que añadir a lo que nuestros amigos ya han escrito, sobre nuestra fiesta el día once.
La ilusión y el deseo de ver y hablar con antiguos amigos de la niñez, por mi parte, ha sido cumplida a medias. Después de la fiesta, me entero que han estado, “fulaníc@ o menganic@” a los cuales por falta de tiempo no he podido saludar; pero si Dios quiere, todo se andará, quedan años por delante, y lo principal, es que estos rencuentros ya no hay quien los pare porque esta fiesta ha calado hondo y así lo demuestra la no solo la asistencia de algunos de aquellos valientes mineros y sus hijos, sino de sus nietos y algún que otro biznieto, que seguirán asistiendo en recuerdo de sus abuelos, porque estos y sus padres, han sabido contarles historias acaecidas en ese bonito valle e inculcarle el amor que ellos sienten por su tierra.
En este viaje junto a mi mujer, nos acompañaron dos de mis hijos con sus parejas. Ya dicen, que están ahorrando para el año que viene. Han disfrutado de lo lindo, pero a mí me han dejado hecho polvo pero contento, les he hecho de guía tanto por las minas del Cinto como por todas las calas desde El Carnaje hasta la Punta del Esparto que está dejando atrás Los Escullos. En fin, unas vacaciones INOLVIDABLES.
Colgaré algunas fotos de bonitos rincones de nuestro valle.
Un abrazo.
La ilusión y el deseo de ver y hablar con antiguos amigos de la niñez, por mi parte, ha sido cumplida a medias. Después de la fiesta, me entero que han estado, “fulaníc@ o menganic@” a los cuales por falta de tiempo no he podido saludar; pero si Dios quiere, todo se andará, quedan años por delante, y lo principal, es que estos rencuentros ya no hay quien los pare porque esta fiesta ha calado hondo y así lo demuestra la no solo la asistencia de algunos de aquellos valientes mineros y sus hijos, sino de sus nietos y algún que otro biznieto, que seguirán asistiendo en recuerdo de sus abuelos, porque estos y sus padres, han sabido contarles historias acaecidas en ese bonito valle e inculcarle el amor que ellos sienten por su tierra.
En este viaje junto a mi mujer, nos acompañaron dos de mis hijos con sus parejas. Ya dicen, que están ahorrando para el año que viene. Han disfrutado de lo lindo, pero a mí me han dejado hecho polvo pero contento, les he hecho de guía tanto por las minas del Cinto como por todas las calas desde El Carnaje hasta la Punta del Esparto que está dejando atrás Los Escullos. En fin, unas vacaciones INOLVIDABLES.
Colgaré algunas fotos de bonitos rincones de nuestro valle.
Un abrazo.
