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RODALQUILAR: Aunque físicamente no estaré en la fiesta el día seis,...

Aunque físicamente no estaré en la fiesta el día seis, puedo asegurar, que mi mente si estará y estaré recordando los momentos tan alegres vividos el año pasado al saludar a tanta gente la cual sé muy bien que también ellos estaban alegres de saludar a aquel niño ya hombre) Ramón Pérez el hijo de Apolinar.
Me es imposible asistir a nuestra fiesta, tanto mi mujer como mi hija trabajan en esas fechas y yo no tengo otra opción que hacer de canguro con todo el cariño del mundo, de mi nieto que el día siete cumplió un añito.
Mi consejo después de haber vivido el año pasado nuestra fiesta, es muy simple. No tengáis vergüenza de preguntar a cada uno de los allí presentes ¿de qué familia eres?, es posible que de algunos no os acordéis pues habrán pasado muchos años sin veros, pero seguro que os llevaréis más de una gran alegría al estar saludando a esa persona que a lo largo de muchos años os habréis preguntado ¿Qué será de fulanic@, aquel niñ@ con el que tanto había jugado aquí en nuestro pueblo?.
Mi semana de vacaciones del año pasado en Rodalquilar, fue inolvidable por todo lo que “reviví” después de tantos años. Una simple anécdota; cada día me levantaba cuando aún no había amanecido y cogía un cubo y las (estenazas) que me había prestado mi amigo Paco Méndez y me iba a las pencas a coger 15 o 20 chumbos para el gasto del día, aquel frescor de la mañana, aquel silencio, roto por algún gallo no se de quien era, me transportaban a mi niñez. No me avergüenza decir, que el primer amanecer de esa semana, nos sorprendió a mi hermana y a mí llorando, agarrados a la valla que hay a la puerta de la que fue la casa de la familia Gil Picón desde donde podíamos ver la que fue nuestra casa y en la que vivimos muy felices junto a nuestros padres y hermano. Era la casa de Manuel Pérez Fernández y Josefa Montoya Salvador. Familia, APOLINAR.
VIVA NUESTRA FIESTA.