El caballo de Atila demoledor de algunos de esos lugares no es sino la mismísima Administración que ha destruido entre otras construcciones el Cortijo "El Playazo" o Cortijo "Los Torres" (finca que en su día llegó a ocupar gran parte del lugar incluyendo en sus límites el actual Castillo de los Alumbres) una de las construcciones legendarias del lugar, propiedad hoy en día de los nietos de D. Ginés de Torres García y de Dª. Adriana Sánchez García, cuyas ruinas no se permiten reconstruir ante una legislación caciquil que permite a unos y prohíbe a otros, repitiendo tiempos pasados. Una reforma ilegal acometida por una de las familias herederas hace unos años produjo el derribo no solo de la obra nueva ilegal sino de toda la estructura antigua existente y se han anulado los intentos de una de las familias propietarias del sesenta por ciento de la finca de reconstruir la antigua edificación. Una auténtica vergüenza en un país supuestamente democrático y protector del medio ambiente. Y todo ello supuestamente se vendió en diversos medios como una medida a modo de ejemplo que era capaz de acometer la Administración en una zona declarada Parque Natural para todos aquellos que incumplieran la legislación.