Amig@s, quisiera expresar en este espacio lo que sentí al abrazar a nuestro compañero del foro (para mi, como un hermano) pero no encuentro palabras para expresar la fuerte emoción que experimenté al abrazar a nuestro buen amigo Otón. Resulta que quedamos hacía tiempo, en vernos en su casa ó en la mía; pero por diversas circustancias, nunca teníamos la opurtinidad de que ese día llegara; pero alfin, llegó el día deseado. La emoción que sentí fué grande después de tantos años. En casa estuvimos dos ó tres horas charlando pero tengo que decir, que yo era el que menos hablaba ya que parecía como si hubiera quedado algo así como atolondrado. ¿Sería de los nervios? después de cincuenta años, hay muchas cosas de que hablar; pues nada, no salían muchas palabras. También estuvo Otón, un buen rato con el ordenador viendo cosas en él y el hombre me ha dejado varios programas para que mis hijos los pongan en mi aparato ya que yo, de esto, ando bastante perdido. Agradezco a nuestro gran amigo, su interés por traer estos programas y que se halla desplazado desde la población donde reside, hasta mi casa. Hemos quedado en vernos otro día y espero no desfraudarle de nuevo. Gracias a que tengo una mujer, que habla por ella y por mi; sino, Otón se hubiera aburrido. Desde Sant Boi, un abrazo a tod@s de Manuel Méndez.
