Dedicado a alguien que no está en la lista de Manuel
y que ama intensamente, desde la distancia, la caldera de Rodalquilar.
Que mal hice,
si mi gallarda torre se recorta
acariciando este hermoso cielo;
si fábrica de alumbres fui
y oro y trabajo, di.
Que mal hice, si yo no fui;
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Manolo, perdona por no haberme podido contener y te responda antes que nuestro
amigo “Julio Berzosa” del cual, sé que ya tengo su perdón.
Algo había leído sobre el
Castillo de la
Ermita, pero nada tan bonito, como los sentimientos de ese castillo.
Gracias Manolo.
>El soldado Berzosa, sumido en sus recuerdos, llegó al Playazo, se santiguó y subió a la chalupa. Luego, ya en el gran
barco artillado que lo llevaría a
Sevilla y apoyado en su borda, vio como el
valle que había supuesto los cinco mejores
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