LA PARATA: ¡ Huercal-Overa mi tierra ¡...

¡ Huercal-Overa mi tierra ¡

En La Parata nací
bautizado en Huercal-Overa
Iglesia de nuestra Señora de la Asunción
Plaza del cura Valera.

Los Lunes es el mercado
bajaba en burra o bicicleta,
al llegar a la carretera
de Santa María de Nieva,
muy cerca tienes que pasar
la famosa Molineta.

Después tenias que cruzar
la vía que ponían barreras,
dejo ya de funcionar el año 1985
quedó la estación viuda, sola, triste y con pena.

De la estación,
Santa María de Nieva,
Puerto Lumbreras,
destino a Huercal-Overa
el único autobús que había
allá por los años cuncuenta
llevaba gente, conejos, gallinas y bicicletas.

La calle de las Estación
al llegar a la del Sepulcro,
la esquina a mano derecha
estaba la tienta el Palo, me acuerdo mucho de ella.

En la calle del Esparto
junto a la calle Mercado,
había grandes esquiladores
de burras, mulas y yeguas.

En la calle esa Ancha
junto a la del Mercado,
estaba la Tienda el Chumbo
siempre iba en motocarro.

En la calle del Mercado
al llegar a la redonda,
en la esquina de la izquierda
en la Terraza Florida
yo vi la Violetera.

En la Glorieta un barbero
Diego el de la barbería,
José María y Felipe los hijos que seguirían
debajo del mismo arco montaron peluquería,
en la vieja hicieron un cine
no sé cuánto duraría.

Por el Campo del Hornillo
cuantas veces he pasado,
hablando siempre de futbol
con Diego del Molínico
y el Lili el limpiabotas.

En la Calle del Carril
debajo de la Sepulcro
bajando a mano izquierda,
había un horno de leña
José el Hornero buen hombre
en aquellos años sesenta,
Cristóbal de Andrés Luis y Encarnación
mis padres para más señas
apadrinaron al hijo y también a las dos nenas.

Calle de Cura Valera
debajo de la Sepulcro, antes de llegar a La Era
a mano izquierda quedaba
la tienda de la Teresa
y enfrente el Bar, ventorrillo o taberna
de aquel famoso Porrilla
que dejaba el local abierto
y se iba una semana de abril
a la feria de Sevilla.

Mis recuerdos los he dejado
escritos en esta poesía,
mi deseo es no haber alterado
ni fechas, ni nombres ni familias.

26/10/2014 Autor: Asensio Sánchez Molina