En extinción, LA HOYA

Todabía quedan burras; algunas; ¡aleluyaaaaaaa...!
Del año, unos días más han pasado, pero por aquí ni el burro, que a la burra hubiera alegrado.

¿Y los de La Hoya?
Vamos burras, ¿porqué esos ojos con expresión triste y melancólica?, si ya no tienen que labrar (tirar del arado), cargar con los cantaros con agua desde la fuente, cargar con la leña y otras muchas tareas que ya fueron. Piensen en el trajín que llevamos nosotros y, rebuznen a los cuatro vientos: esto sí que es vivír.