Yo no se a tí, pero a mi cuando sobre mi hombro se apoya uno de los varales con los que portamos el
Cristo de la Luz, sudoroso y dolorido, pero con una satisfacción muy grande y llegamos a la
puerta del "Lucho" y prenden esos cohetes, se me ponen los pelos como escarpias y se me saltan las lagrimas, mi cuerpo se pone con una tensión algo fuera de lo normal, porque en esos momentos no se como explicar lo que siento y sentimos en general todos los anderos del Cristo. (Si alguna vez quieres saber lo
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