Mi sierra, Patxi, no es como esas que hay donde tu vives. Las tuyas son altas sí, verdes y frondosas, igual que los valles. Mi sierra es arisca, áspera, tan severa y adusta que no da facilidades ni a sus incondicionales amantes. Mi sierra es Monsalud y tiene el color moreno del encinar matizado por el verde de las torviscas, los jaguarzos, carrascas y los espinos negros. Por la parte que mira al norte, ni se ven las veredas que hacen los animales silvestres o asilvestrados en su ir y venir diarios. Mi sierra está intransitable para los apoltronados urbanos, sean señoritos propietarios o sencillos descamisados.
Las tuyas Patxi, las tuyas están más domadas, aunque parezcan más arriscadas son más fáciles de transitar por quienes dicen que son sus legítimos propietarios. Esos señores que han pillado la rabieta que han pillado porque, tú, Patxi, para empezar, hasta en la toma de posesión del cargo le has cambiado la rutina y has prometido cumplir los deberes a el inherentes sin humillarte ni ante ni alguno de los dioses ni ante nadie.
Eso ya es una buena señal chicarrón, un aviso para navegantes místicos pues, eso es una demostración hecha a los señoritos vascos que se humillan ante su Dios, que ha llegado la hora de que las decisiones las tomen los vascos normales, que no se humillan ni ante dios. No es por soberbia no, de verdad, es, creo, porque ya estáis hartos de que en nombre de una deidad o supuesto ente superior, os hayan, y nos hayan hecho tantas putadas esos hombres y mujeres soberbias que se crían en todas partes.
Mi sierra, es una de las llamadas de frontera, dentro de un sistema al que llamamos Sierras del Sur, en La Baja Extremadura, donde se han librado furiosos combates a lo largo de los tiempos en los que han muertos miles de personas, total, por detentar su posesión para explotar sus recursos naturales a placer, usando como derecho incuestionable el de pernada. Eso sí, disimulado con huecas palabras. El último, hace poco más de setenta años ya, y aún está fresco en muchas memorias.
De momento, y digan lo que digan los agoreros desde su punto de vista, haces bien en asociarte con todos aquellos vascos normales que estáis en la misma nave, por eso, porque a pesar de las diferencias tenéis el mismo denominador común y, entre vosotros hay más cosas que os unen que las que os separan. Quizá esto no se entienda bien desde otros territorios, como el mio sin ir más lejos pero, tenéis un arduo trabajo por delante y tenéis que hacerlo en equipo pues, la bicha y quienes la alimentan, os lo van a poner muy difícil. Por eso y entre otras cosas, no digas que harás lo que tengas que hacer con total transparencia, sino practica la transparencia. No digas que respetas la libertad, practica la libertad.
Buena suerte y al toro. Patxi.
Salud.
Las tuyas Patxi, las tuyas están más domadas, aunque parezcan más arriscadas son más fáciles de transitar por quienes dicen que son sus legítimos propietarios. Esos señores que han pillado la rabieta que han pillado porque, tú, Patxi, para empezar, hasta en la toma de posesión del cargo le has cambiado la rutina y has prometido cumplir los deberes a el inherentes sin humillarte ni ante ni alguno de los dioses ni ante nadie.
Eso ya es una buena señal chicarrón, un aviso para navegantes místicos pues, eso es una demostración hecha a los señoritos vascos que se humillan ante su Dios, que ha llegado la hora de que las decisiones las tomen los vascos normales, que no se humillan ni ante dios. No es por soberbia no, de verdad, es, creo, porque ya estáis hartos de que en nombre de una deidad o supuesto ente superior, os hayan, y nos hayan hecho tantas putadas esos hombres y mujeres soberbias que se crían en todas partes.
Mi sierra, es una de las llamadas de frontera, dentro de un sistema al que llamamos Sierras del Sur, en La Baja Extremadura, donde se han librado furiosos combates a lo largo de los tiempos en los que han muertos miles de personas, total, por detentar su posesión para explotar sus recursos naturales a placer, usando como derecho incuestionable el de pernada. Eso sí, disimulado con huecas palabras. El último, hace poco más de setenta años ya, y aún está fresco en muchas memorias.
De momento, y digan lo que digan los agoreros desde su punto de vista, haces bien en asociarte con todos aquellos vascos normales que estáis en la misma nave, por eso, porque a pesar de las diferencias tenéis el mismo denominador común y, entre vosotros hay más cosas que os unen que las que os separan. Quizá esto no se entienda bien desde otros territorios, como el mio sin ir más lejos pero, tenéis un arduo trabajo por delante y tenéis que hacerlo en equipo pues, la bicha y quienes la alimentan, os lo van a poner muy difícil. Por eso y entre otras cosas, no digas que harás lo que tengas que hacer con total transparencia, sino practica la transparencia. No digas que respetas la libertad, practica la libertad.
Buena suerte y al toro. Patxi.
Salud.