VILLANUEVA DE VALDEGOVIA: Valdegovía podría ser una de las zonas más bellas del...

Valdegovía podría ser una de las zonas más bellas del País Vasco interior, a nada que fuéramos conscientes de la herencia recibida de nuestros antepasados.
Pero, ¿quiénes estuvieron aquí, cómo vivían, que hacían aquellos que nos precedieron en el uso y disfrute de esta tierra? ¿Cómo se las arreglaban para defenderse del frío, del calor, de las enfermedades, posiblemente del hambre? ¿Qué sentido le daban al amor? ¿Y a la muerte?








Un poco de historia: El Valle de Valdegovía, siguió, en el curso de los años, una suerte parecida a la de otras zonas del norte de España, en nuestro caso de la cuenca del alto Ebro.
El hecho más significativo, anterior a la presencia de Roma en esta zona norteña de España fue la llegada y asentamiento de los autrigones.
Joaquín González Echegaray, que como arqueólogo ha estudiado el tema, nos indica que antes de las invasiones celtas la zona norte de España fue ocupada por pueblos de distintas etnias pero con una cultura común.
“Sobre este fondo humano se establecieron los celtas y los grupos con ellos asociados (los autrigones, entre otros), que van a ser durante siglos el elemento predominante, hasta llegar a fundirse con la población autóctona, si bien no en todas las comarcas con la misma intensidad”.
Según datos de un sucinto estudio histórico “La comarca mirandesa, tierra autrigona”, de José María García Fernández, las primeras noticias escritas sobre los autrigones (Tito Livio, Estrabón, Ptolomeo), datan de la segunda mitad del siglo I a. C.
Llegaron a ocupar los valles de Losa y de Mena, la Bureba y parte de la cuenca del Ebro en zonas que hoy pertenecen a las provincias de Burgos y Alava; entre ellas el valle de Valdegovia.
Los autrigones vivían de la agricultura y la ganadería, pastoreaban ovejas y cabras y conocían el uso y manejo de los caballos. Buscaban asentamientos fijos, en zonas favorables para ejercer su actividad. Construyeron edificios sencillos de una planta, valiéndose de piedra, adobes de barro y madera.
Se dice que eran independientes y combativos aunque indisciplinados y hasta en ocasiones indolentes. La caza y la guerra eran asunto de varones. Las tareas agrícolas y domésticas recaían en las mujeres.
Con ocasión del parto, el recién nacido y el padre eran cuidados y atendidos por la madre. Solo heredaban las hijas y con lo heredado solían aportar su dote.
Se supone que la población autrigona, aunque se vio obligada a efectuar algunos desplazamientos, terminó integrándose con otros pueblos que fueron al fin dominados por Roma.


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