Este bello
edificio fue construido en 1911 por iniciativa de las
familias burguesas de
Pamplona, que deseaban tener un moderno
casino-
restaurante como lugar de esparcimiento.
Este “Casino Besta Jira” (en euskara “alrededor de la
fiesta”), que escandalizó por su vida licenciosa a la tradicional población de
Villava, tuvo una corta existencia, y en 1915 fue adquirido por los padres dominicos que lo ampliaron y destinaron a
Colegio (“Berrio Ochoa”) y Seminario Misionero, siendo posteriormente destinado a “Ikastola” hasta hace escasos cursos.
Por iniciativa de los Padres Dominicos, la antigua
capilla fue restaurada y abierta nuevamente al público bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario. Destacan de sus detalles constructivos, además del elogiable respeto a la traza original, unas magníficas
vidrieras obra del dominico villavés Domingo Iturgaiz.
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