LA CRUZ DE UJUÉ por Baldomero Barón Rada "Romedobal" 17 de junio de 1936.
Segunda Parte
¿Cruz de Ujué! ¡Cruz adorable!...
¡Cuántas veces a tu sombra
descansé de mi camino
y con ansias fervorosas
besé la imagen de Cristo
que en tu anverso, protectora
se mostraba al peregrino,
y en el reverso, la otra
de la Virgen sacrosanta
con su mirada amorosa!...
¡Cuántas veces vi el escudo
de Navarra con la forma
de la gran casa de Evreux,
de realeza evocadora!...
¡Y cuántas surgió en mi mente
la figura tan piadosa
de don Gonzalo de Bustos,
del padre que se menciona
de los Infantes de Lara,
que desde esa Cruz hoy rota,
fue hasta el templo de rodillas
por gratitud grande y honda!...
Allí el Rey Carlos Segundo,
también cual prenda ardorosa
de su cariño a esa Virgen
aparecida en la roca,
dejó el corazón y quiso
levantar la más famosa
Universidad que entonces
diese Ciencia creadora...
¡Y cuántas veces yo viera
las romerías fastuosas
que siempre allí se detienen,
poco después de la aurora,
para rezar una Salve
a su entrañable Patrona!...
Segunda Parte
¿Cruz de Ujué! ¡Cruz adorable!...
¡Cuántas veces a tu sombra
descansé de mi camino
y con ansias fervorosas
besé la imagen de Cristo
que en tu anverso, protectora
se mostraba al peregrino,
y en el reverso, la otra
de la Virgen sacrosanta
con su mirada amorosa!...
¡Cuántas veces vi el escudo
de Navarra con la forma
de la gran casa de Evreux,
de realeza evocadora!...
¡Y cuántas surgió en mi mente
la figura tan piadosa
de don Gonzalo de Bustos,
del padre que se menciona
de los Infantes de Lara,
que desde esa Cruz hoy rota,
fue hasta el templo de rodillas
por gratitud grande y honda!...
Allí el Rey Carlos Segundo,
también cual prenda ardorosa
de su cariño a esa Virgen
aparecida en la roca,
dejó el corazón y quiso
levantar la más famosa
Universidad que entonces
diese Ciencia creadora...
¡Y cuántas veces yo viera
las romerías fastuosas
que siempre allí se detienen,
poco después de la aurora,
para rezar una Salve
a su entrañable Patrona!...
