UJUE: ENTREVISTA A JOSÉ JAVIER URANGA SANTESTEBAN PERIODISTA...

ENTREVISTA A JOSÉ JAVIER URANGA SANTESTEBAN PERIODISTA E HISTORIADOR Domingo, 23 de abril de 2006
«La romería de Ujué es una reliquia de la religiosidad popular de la Edad Media»

La densa biografía de José Javier Uranga nunca se ha alejado demasiado de Ujué. Ahora se acaba de reeditar su obra "Ujué medieval", publicada por primera vez en 1984.

Santa María de Ujué es una referencia obligada en la biografía de José Javier Uranga. Él mismo explica que heredó la devoción de su padre, que a su vez la había recibido de su madre, Benita Galdeano, natural de Olite. Peregrinó de niño al santuario y fue forjando un hábito que aún conserva, aunque ya no acuda a pie y entunicado, como en tantas ocasiones.
TEXTO: JAVIER MARRODÁN. FOTO: JOSÉ ANTONIO GOÑI.
La imagen llena «de ternura y de espiritualidad» de la Virgen de Ujué preside hoy las lecturas y las investigaciones que llenan las horas pacíficas de su jubilación, pero también veló desde un rincón del despacho su larga etapa (1962-1990) al frente de Diario de Navarra. Cuando un atentado de ETA le obligó a estar hospitalizado durante un año, una de sus primeras salidas fue a Ujué. Y Ujué fue también el tema de la tesis doctoral que defendió en 1983. De aquella investigación salió precisamente el libro Ujué Medieval, publicado por primera vez en 1984, agotado hace años y ahora reeditado.
Nacido en Pamplona hace 81 años, casado, padre de dos hijos, abuelo de ocho nietos, periodista e historiador, testigo privilegiado de la historia reciente de Navarra, José Javier Uranga Santesteban asegura que Ujué es un hito en la historia de Navarra.

- ¿Por qué es tan importante Ujué?

-Es una reliquia de religiosidad popular de la Edad Media. En cierta manera, es una romería medieval. Y sin embargo, sigue viva.

-Con algunos cambios...

-Las primeras ordenanzas prohibían que fueran mujeres. Hoy van entunicadas, como los hombres. Son los tiempos y es natural que así sea. Han aumentando los romeros y las romeras, aunque en el caso de Ujué es más propio hablar de cruceros y cruceras. La romería sigue muy viva. En todos aquellos pueblos tienen mucha devoción a la Virgen de Ujué y la expresan públicamente. Es una tradición que viven desde pequeños.

- ¿Cuál es el origen de la romería?

-Algunos historiadores sostienen que la importancia de Ujué en la religiosidad de Navarra se debe a que está cerca de Olite. Según explican, los reyes y las princesas subían a Ujué poco menos que de excursión. Pero eso no es verdad. Es cierto que se ha conservado la contabilidad de los reyes y que a partir de ahí se puede hablar de la relevancia de Ujué. Pero yo he documentado que una burguesa de San Cernin hace dos donaciones de Ujué con anterioridad a los reyes. Y también una señora de Tudela y un párroco de Puente la Reina. Que una pamplonesa, una tudelana y un cura de Puente compartan la devoción a la Virgen de Ujué supone que ésta ya se encontraba bastante extendida en Navarra. Los primeros documentos sobre la romería son de mediados del siglo XV.

- ¿Cuándo surge Ujué?

-Lo primero que conocemos es un texto árabe del siglo X en el que se dice que Ujué era la primera fortaleza del Reino de Pamplona. Ese «primera» guarda relación con su situación fronteriza: Ujué estaba en la frontera con el Islam. Pienso que era más un puesto de vigilancia que un castillo de guerra: Ujué domina los valles del Aragón y del Cidacos, la Bardena, la Ribera... Es una atalaya muy importante. Una vez que se conquista Tudela, su valor estratégico decae.

-En 1998, cuando fue homenajeado por la Asociación de Amigos de Ujué, aseguró que «Ujué no es, gracias a la Virgen, la ruina de un despoblado, ni la ermita perdida, ni una devoción olvidada».

-Hay un momento en que Ujué se despuebla. Está situado en un paisaje de barrancos, en una tierra pobre, y no hay vida. Fue doña Leonor quien liberó a los vecinos de las pechas que pagaban: les dio franquicias y libertades, y Ujué sobrevivió.

- ¿Está el presente de Ujué a la altura de su pasado?

-Se han hecho obras, pero yo creo que deben hacerse más. Ujué es un patrimonio muy importante de Navarra. Navarra no ha tenido un santuario nacional, como España con el Pilar, pero sí cuenta con tres puntos religiosos importantes: Santa María de Roncesvalles, Santa María la Real de Pamplona y Santa María de Ujué. Los reyes le prestaron mucha atención y eso supone una responsabilidad muy grande: hay que cuidarlo para que no se hunda. Es grande y cuesta dinero, pero creo que mantenerlo es una obligación de la comunidad.

-En aquel acto de 1998 también aludió a la restauración espiritual de Ujué. Quizá hoy sea más complicada que la restauración material.

-Yo creo que no. La devoción popular va a más. Es un fenómeno que se da en la mayor parte de las romerías. No sé si la gente va simplemente a pasar el día o se toma la marcha como un reto deportivo, pero lo cierto es que cada vez va más gente.

- ¿Y usted? ¿Sigue peregrinando a Ujué?

-Sí, pero ya no voy el día oficial. He ido toda la vida a pie y me da pena ir en coche. Además, me agobian un poco las aglomeraciones.