OFERTA LUZ: 5 Cts/kWh

UJUE: En la base del monte y antes de entrar en el pueblo...

En la base del monte y antes de entrar en el pueblo se encuentra la ermita de San Miguel. Según el cartel anunciador, es románica del siglo XIII. No tiene tejado. únicamente le queda la fachada y el esqueleto de los arbotantes de piedra. Todo tan romántico que se podría recrear una de las leyendas becquerianas con caballeros cazadores, damas suspirantes y monjes tenebrosos.
Ascendemos al pueblo por una callejuela empinada y con el piso de guijarros. Nos reciben los cantos de los gallos y el olor a humo. Siento la misma sensación que podría tener un peregrino medieval al entrar en una población después de llevar todo el día marchando por caminos polvorientos.
Las casas, de piedra, se encuentran muy arregladas. Una con el escudo del Baztán: ajedrezado y piedra arenisca roja. Seguro que muy moderno. No pega el emblema de un país tan amable y verde en esta tierra tan dura y reseca.
A través de las estrechas calles en cuesta del apretado caserío y siguiendo un laberíntico trazado encontramos la Plaza Mayor. Aquí se alza la casa del Ayuntamiento con el escudo de la Villa: un castillo con un ángel a cada lado y una paloma volando sobre la torre.
Paseamos por el pueblo. Todo es armónico y de una airosa perfección. Por aquí aparecían los reyes navarros a visitar a la Virgen en fastuosas peregrinaciones con séquitos de nobles y de pajes. Aún parece escucharse el sonido de los cascos de los caballos sobre el empedrado o el retumbar de los roncos atabales que anunciaría su llegada. Acompañaría la escena el flamear de banderas, estandartes y pendones reales. Según las crónicas, por las noches, descendían alumbrados por antorchas formando un cortejo fabuloso e impresionante hasta el castillo de Olite.