La decisión del traslado de la
Virgen de
Ujué a la
catedral de Pamplona es ya inapelable, ¿No habría sido más coherente el tenerla, durante estos dos años de obras en su basílica, en las
parroquias de los
pueblos que cada año en
romería acuden a su
santuario, por riguroso orden de peregrinación? Sería un
premio para sus devotos de verdad, los de siempre. Que que pueblos son estos, pues Peralta, Tafalla,
Beire, Pitillas,
Murillo el Fruto, Santacara, Olite, Figarol, Mélida, Carcastillo,
Eslava,
Lerga,
... (ver texto completo)