La ciudad de Pontevedra cuenta con un microclima especial, de los más benignos de Galicia y cuenta con mayor número de días despejados que la mayoría de municipios gallegos, equiparable con las que se tienen en el sur de Andalucía. La ciudad tiene pocos cambios de temperatura gracias a que el mar ejerce una acción moderadora de las condiciones climáticas. En invierno las heladas son escasas.