OFERTA LUZ: 5 Cts/kWh

BAIO (La Coruña)

tomando café donde Puri
Foto enviada por garbiñe

La amistad es un vínculo que nos proporciona la posibilidad de compartir experiencias, conocimientos e incluso medios económicos. Los lazos de amistad se potencia recíprocamente y no puede existir por separado. La realidad de la amistad es dual. Implica la existencia de al menos dos personas. La amistad necesita a un interlocutor para compartir, crecer mutuamente y descubrir (se) en él sus valores y también sus deficiencias.
la amistada y compañera, a sin eres tu
El buen amigo no anula al otro sino que lo potencia, es su compañero y un facilitador de sus muchas posibilidades. Sufre cuando tu sufres y se alegra cuando tu te alegras. No es envidioso, ni prepotente ni se aprovecha de ti
La amistad es un vínculo que nos proporciona la posibilidad de compartir experiencias, conocimientos e incluso medios económicos. Los lazos de amistad se potencia recíprocamente y no puede existir por separado. La realidad de la amistad es dual. Implica la existencia de al menos dos personas. La amistad necesita a un interlocutor para compartir, crecer mutuamente y descubrir (se) en él sus valores y también sus deficiencias.
La amistad se basa en la mutua confianza, donde el objetivo es ayudar al otro consecuentemente así mismo
El buen amigo no anula al otro sino que lo potencia, es su compañero y un facilitador de sus muchas posibilidades. Sufre cuando tu sufres y se alegra cuando tu te alegras. No es envidioso, ni prepotente ni se aprovecha de ti
La amistad no se impone, ni se programa, como todo en la vida requiere de un esfuerzo para conseguirlo y lo más importante es poner los medios para lograrlo y mantenerlo.
La amistad se basa en la mutua confianza, donde el objetivo es ayudar al otro consecuentemente así mismo
Quién fuera león de circo, para atravesar esa argolla ardiente.
La amistad no se impone, ni se programa, como todo en la vida requiere de un esfuerzo para conseguirlo y lo más importante es poner los medios para lograrlo y mantenerlo.
Tu rostro me recuerda el azul del mar,
no por tus ojos, sino por tu cara de calamar.
Anoche pedí a un ángel que te proteja, mientras duermes. Pero regreso inmediatamente y le pregunté por qué había vuelto; respondiendo: los ángeles no necesitan que los protejan.
Quién fuera león de circo, para atravesar esa argolla ardiente.
Tu rostro me recuerda el azul del mar,
no por tus ojos, sino por tu cara de calamar.
Quién fuera león de circo, para atravesar esa argolla ardiente.