Y los sábados y domingos es cuando más evidente resulta.
A mi patio, mientras leía en él el fin de semana, llegaban del patio de en frente los numeros y risas de unos niños que jugaban al escondite.
Tambien llegaban al patio de al lado. Ellos recogían esas risas y los numeros (hasta diez solo, vale?) y los hacían suyos. A cambio, que eso es compartir, dejaban en el aire, parte de su conversación y su música, de su calma y dejar pasar el tiempo.
Pensé entonces que yo, a cambio de todo eso, tambien debería aportar algo y lo hice en silencio. Sonreí y di las gracias a todos, en silencio tambien.
Despues me ha parecido poco así que mejor lo traigo aquí y de esa forma (seguimos compartiendo) vosotros sabreis del color y el sonido, del sabor y la felicidad que se reparte por el aire en Santa Cruz.
Entonces me meto en este foro y leo de la muerte de Mario y de mi participación en ella y ya cambia el color, el sonido, el sabor y la calma.
Las cigüeñas del campanario de la iglesia son testigos de que yo no le maté. Preguntadlas.
Saludos
A mi patio, mientras leía en él el fin de semana, llegaban del patio de en frente los numeros y risas de unos niños que jugaban al escondite.
Tambien llegaban al patio de al lado. Ellos recogían esas risas y los numeros (hasta diez solo, vale?) y los hacían suyos. A cambio, que eso es compartir, dejaban en el aire, parte de su conversación y su música, de su calma y dejar pasar el tiempo.
Pensé entonces que yo, a cambio de todo eso, tambien debería aportar algo y lo hice en silencio. Sonreí y di las gracias a todos, en silencio tambien.
Despues me ha parecido poco así que mejor lo traigo aquí y de esa forma (seguimos compartiendo) vosotros sabreis del color y el sonido, del sabor y la felicidad que se reparte por el aire en Santa Cruz.
Entonces me meto en este foro y leo de la muerte de Mario y de mi participación en ella y ya cambia el color, el sonido, el sabor y la calma.
Las cigüeñas del campanario de la iglesia son testigos de que yo no le maté. Preguntadlas.
Saludos