Juan Antonio: He leido tu pregón que con tu magnífica oratoria seguro que ha resultado emocionante; este año ha sido imposible asistir a la fista, aunque a pesar de los muchos kilómetros que nos separaban, la hemos recordado minuto a minuto hasta tal punto, que yo que no soy poeta, se me ocurrieron estos modestos versos, como suele ocurrir, embargado por la nostalgia; Para tí y todos los Romangordeños:
A LA FUENTE DE ABAJO
Llegate por la cañada
Olor a espliego
Sudorosa de encina
Sudorosa de romero.
Resucitaste del fuego
Nunca en el viento calaste
Nunca te vi triste
Nunca te secaste.
Siempre que paso a tu lado
Por la mañana y la tarde
Siempre te encuentro riendo
Siempre te encuentro cantando.
No tienes penas
No tienes tristezas ni trabajos
Que si alguno tuvieras
Mi querer los lleva para abajo.
Y yo dormí con tu sueño
Y yo dormí con tu encanto
Y la brisa de la sierra me dijo
Que tu corazón ya tenía dueño.
Como sueño me olvidaste
Como encanto me dejaste
Y yo que me muero de celos
MI AMOR, MI FUENTE DE ABAJO
Aplaza.
A LA FUENTE DE ABAJO
Llegate por la cañada
Olor a espliego
Sudorosa de encina
Sudorosa de romero.
Resucitaste del fuego
Nunca en el viento calaste
Nunca te vi triste
Nunca te secaste.
Siempre que paso a tu lado
Por la mañana y la tarde
Siempre te encuentro riendo
Siempre te encuentro cantando.
No tienes penas
No tienes tristezas ni trabajos
Que si alguno tuvieras
Mi querer los lleva para abajo.
Y yo dormí con tu sueño
Y yo dormí con tu encanto
Y la brisa de la sierra me dijo
Que tu corazón ya tenía dueño.
Como sueño me olvidaste
Como encanto me dejaste
Y yo que me muero de celos
MI AMOR, MI FUENTE DE ABAJO
Aplaza.
