Casa con escudo emblemático, PLASENCIA

En 1195, como consecuencia de la Batalla de Alarcos, Plasencia fue reconquistada por los almohades. La toma de la ciudad podría haber sido comandada por Abén Jucef, jefe militar de Yusuf II, o por el propio Yusuf. Volvería al poder de Alfonso VIII de Castilla uno o dos años después. Para asegurar la defensa, el rey ordenó que se completasen las murallas, lo cual se concluiría en 1201. Las murallas fueron construidas como un sistema de defensa duplo, con un muro de gran espesura y una barbacana, con un foso entre ellos. La defensa era reforzada por la presencia de setenta torreones semicirculares, 4 torres defensivas contiguas a la alcazaba, siete puertas principales y dos postigos o puertas menores. La batalla de Alarcos fue una batalla librada junto al castillo de Alarcos, situado en un cerro a cuyos pies corre el río Guadiana, cerca de Ciudad Real (España), el 19 de julio de 1195, entre las tropas cristianas de Alfonso VIII de Castilla y las almohades de Abū Ya'qūb Yūsuf al-Mansūr, saldándose con la derrota para las tropas cristianas, la cual desestabilizó por completo al Reino de Castilla y frenó todo intento de reconquista hasta la batalla de Las Navas de Tolosa. Los almohades «los que reconocen la unidad de Dios», o Banu ‘Abd al-Mu'min fueron una dinastía bereber marroquí que dominó el norte de África y el sur de la península ibérica desde 1147 a 1269. Abu Yúsuf Yaacub al-Mansur, fue un califa almohade (1184-1199) hijo de Abu Yaacub Yúsuf, Yúsuf I. Una barbacana es una estructura defensiva medieval que servía como soporte al muro de contorno o cualquier torre o fortificación, adelantada y aislada, situada sobre una puerta, poterna o puente que era utilizada con propósitos defensivos. Las barbacanas estaban por lo general situadas fuera de la línea principal de defensa y conectadas a los muros de la ciudad por un camino fortificado.
(18 de Abril de 2019)