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MEMBRIO: Ya estamos cerca, no tengo el tiempo suficiente para...

Caminare a la sombra de tus calles, en silencio, cada puerta... pienso y recuerdo. No es la ultima moneda, ni tristeza ni lagrimas.

El encuentro (Gabriela Mistral)

Le he encontrado en el sendero.
No turbó su ensueño el agua
ni se abrieron más las rosas;
abrió el asombro mi alma.
¡Y una pobre mujer tiene
su cara llena de lágrimas!

Llevaba un canto ligero
en la boca descuidada,
y al mirarme se le ha vuelto
grave el canto que entonaba.
Miré la senda, la hallé
extraña y como soñada.
¡Y en el alba de diamante
tuve mi cara con lágrimas!

Siguió su marcha cantando
y se llevó mis miradas...
Detrás de él no fueron más
azules y altas las salvias.
¡No importa! Quedó en el aire
estremecida mi alma.
¡Y aunque ninguno me ha herido
tengo la cara con lágrimas!

Esta noche no ha velado
como yo junto a la lámpara;
como él ignora, no punza
su pecho de nardo mi ansia;
pero tal vez por su sueño
pase un olor de retamas,
¡porque una pobre mujer
tiene su cara con lágrimas!

Iba sola y no temía;
con hambre y sed no lloraba;
desde que lo vi cruzar,
mi Dios me vistió de llagas.
Mi madre en su lecho reza
por mí su oración confiada.
Pero ¡yo tal vez por siempre
tendré mi cara con lágrimas!

CLIND, perdona que te haya "robado" la mujer de tu poesía... pero al ver que iba con lágrimas y cantando... ya me identifiqué con ella, porque me entra una melancolía si no puedo ir al pueblo...

No es seguro, pero no puedo afirmar aún cuando iré.

Ya estamos cerca, no tengo el tiempo suficiente para contestar Amapola solo con un hilo de esperanza que me dais me basta. Cuando caminemos juntos por nuestras calles te lo hare saber, aunque bien me conoces.
La ultima moneda.

ALTAS TERNURAS: Poemas de Julio Flórez

Esperaré, y en día no lejano,
cuando se apiade mi contraria suerte
y me depare el ósculo de muerte
que ha de salvarme del contagio humano,

pienso que tierra y cielo y océano
de gozo temblarán... y que yo, al verte,
caeré de nuevo en tu regazo, inerte,
después de traspasar el hondo arcano.

Mas luego nuestras almas en un grito
de amor se fundirán... y un mismo anhelo
nos llevará a los pies del Dios bendito;

y así como esos astros de áureo vuelo
que vagan de infinito en infinito,
volaremos los dos de cielo en cielo.

Y en unos eternos abrazos confundidos,
lejos de las mundanas mezquindades,
oiremos, en las altas claridades,
de la angélica orquesta los sonidos.

Y veremos con ojos sorprendidos
la desaparición de las edades,
hasta que el mundo, envuelto en tempestades,
caiga en rotos fragmentos esparcidos.

Y cuando en esa vida misteriosa
toda mi sed de dicha se mitigue,
y tú sientas la calma prodigiosa,

como en el cielo todo se consigue,
tú serás una estrella esplendorosa,
yo un satélite tuyo... que te sigue.

P. D. ¿quien velara nuestros sueños?
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
C. EASTWOOD eres todo un misterio, pero me gustan tus escritos. Un beso