MEMBRIO: No me había fijado en las letras, pero no tenía duda...

No me había fijado en las letras, pero no tenía duda de que era el del pescado. Es que poquísimos camiones se veían en el pueblo, salvo el de COTRINA, que creo que era más grande.

Además, en mis tiempos aparcaba siempre ahí...

Puede que también viniese alguno con sandías y melones, pero me doy cuenta de que eso sería en verano; en la foto estamos abrigaditos...

Con el letrero, ya confirmado.

El vendedor, era muy apreciado; tenía buen carácter, como habéis dicho, no se aprovechaba de la ocasión, no tenía unos precios desorbitados... Me he encontrado yo por el mundo algunos que, en circunstancias parecidas, cobrarían más caro el pescado.

Y era fresco. Sabéis que el pescado enseguida huele mal. Yo nunca oí quejarse a mi madre. Las almejas venían vivas. Recuerdo que el sable era sabrosísimo´yo lo prefería a ninguno; en Galicia lo hemos comprado alguna vez y ni parecido, malo; de hecho, debe haber poco por estas aguas, no se ve en los mercados.


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