… por “el mantero” que se hospedaba en la Posada de Arriba”, que iba cobrando y a la vez enseñando las “deudas” o “fiaos” de anteriores compras. Son las diez de la noche y las bombillas de la calle se habían encendido: ¡Vámonos ya …! Decía la de mayor edad. SALUDOS.
…“trasiego” de cartas, dadas por alguna amiga de la “media novia”. Mientras tanto sonaba “campanadas”. Una de las costureras mandaba a callar… con fin de contar las “campanadas de muerto” que así se llamaba; para diferenciar en primer lugar se había sido, hombre, mujer… o niño. Y ahí venía el desacuerdo… que si había sido 11, 12… o 13; suficiente para seguir hablando de ello el resto de la tarde. Sólo interrumpidas…. CONTINUARÁ. Saludos.
…“ ¿qué cuesta más el agua o el vino..? Ignorantes ellos, contestaban: ¡El vino…! No… respondía… será el agua tiene el precio del vino. Entonces era una práctica común y por todos aceptada: echar agua al vino y la leche.
Por allí pasaba bastante gente camino de la iglesia porque todos los días había Santo Rosario a las siete. Los “medios novios” esperaban impacientes detrás de los cristales del bar de la Plaza; incluso había … CONTINUARÁ. Saludos.
… “el abogado de resolana”. Aquí el decano era el “tio Isacc”, que como buen abogado, la razón unas veces se las daba a unas… y al día siguiente a otras. El rincón era conocido por “El rincón de la Magdalena”; donde todas las tardes era visitada por su comadre “la tía Pascuela”, Mujer de “arma tomar” en el buen sentido de la palabra. En su bar – arriba estaba el baile- solía hacer la siguiente pregunta: … CONTINUARÁ. Saludos.
Era parte de la arquitectura popular: El rincón… así se llamaba. Era el aprovechamiento que hacia cualquier vivienda y tapado por un “tejarejo”. Allí se reunían tardes enteras las vecinas costureras y las mozas casaderas con el fin de completar el ajuar. Lugar de resolana y cuando el tiempo era desapacible, un brasero de picón en el medio y unas mantas sobres sillas por donde el aire (viento) más daba. No faltaba ni mucho menos esa figura tan popular como…. CONTINUARÁ. Saludos.
…“trasiego” de cartas, dadas por alguna amiga de la “media novia”. Mientras tanto sonaba “campanadas”. Una de las costureras mandaba a callar… con fin de contar las “campanadas de muerto” que así se llamaba; para diferenciar en primer lugar se había sido, hombre, mujer… o niño. Y ahí venía el desacuerdo… que si había sido 11, 12… o 13; suficiente para seguir hablando de ello el resto de la tarde. Sólo interrumpidas…. CONTINUARÁ. Saludos.
…“ ¿qué cuesta más el agua o el vino..? Ignorantes ellos, contestaban: ¡El vino…! No… respondía… será el agua tiene el precio del vino. Entonces era una práctica común y por todos aceptada: echar agua al vino y la leche.
Por allí pasaba bastante gente camino de la iglesia porque todos los días había Santo Rosario a las siete. Los “medios novios” esperaban impacientes detrás de los cristales del bar de la Plaza; incluso había … CONTINUARÁ. Saludos.
… “el abogado de resolana”. Aquí el decano era el “tio Isacc”, que como buen abogado, la razón unas veces se las daba a unas… y al día siguiente a otras. El rincón era conocido por “El rincón de la Magdalena”; donde todas las tardes era visitada por su comadre “la tía Pascuela”, Mujer de “arma tomar” en el buen sentido de la palabra. En su bar – arriba estaba el baile- solía hacer la siguiente pregunta: … CONTINUARÁ. Saludos.
Era parte de la arquitectura popular: El rincón… así se llamaba. Era el aprovechamiento que hacia cualquier vivienda y tapado por un “tejarejo”. Allí se reunían tardes enteras las vecinas costureras y las mozas casaderas con el fin de completar el ajuar. Lugar de resolana y cuando el tiempo era desapacible, un brasero de picón en el medio y unas mantas sobres sillas por donde el aire (viento) más daba. No faltaba ni mucho menos esa figura tan popular como…. CONTINUARÁ. Saludos.