Primo de todas formas que le gusta a los niños el pisar los charcos, en cuanto ven uno a por el van.
Un abrazo
Cantar y “patear” los abundantes charcos que había cualquier calle y la falta de gorrones lo formaban. ADP.
Esa manía que tenían los quintos de pisar los charcos de las calles venia de cuando éramos pequeños que gustaba con los zancos meterse en ellos y cruzar los regatos. Todas las cosas tienen sus explicaciones y orígenes.
Otra de las tradiciones que se nos han ido por la puerta de atrás, ha sido “El Domingo de Piñata”; aunque la verdad sea dicha… nunca vimos ninguna “piñata ni nada que se pareciera. Pero sí con regocijo y cierto estupor veíamos ese día a los quintos cantar por las calles, que incansablemente lo habían hecho durante toda la noche: cantar y “patear” los abundantes charcos que había cualquier calle y la falta de gorrones lo formaban. Siempre estaba la omnipresente garrafa en manos de dos ellos, y que...
“Con motivo de la aproximación de días de Carnavales, a fin de que el vecindario pueda divertirse sin detrimento de la moral y buenas costumbres, se acordó prohibir:
Así empezaba los acuerdos que tomó el Ayuntamiento en Sesión Extraordinaria del 24 de Enero de 1889 y seguía: “Vestir traje de ministro de la Religión Católica, de militar a la moderna y de magistrado de los Tribunales del reino”. Ahora… no lo sabemos; pero seguramente por ahí estará el Programa que nadie se atreve a ponerlo. Sí sabemos...
Un abrazo
Cantar y “patear” los abundantes charcos que había cualquier calle y la falta de gorrones lo formaban. ADP.
Esa manía que tenían los quintos de pisar los charcos de las calles venia de cuando éramos pequeños que gustaba con los zancos meterse en ellos y cruzar los regatos. Todas las cosas tienen sus explicaciones y orígenes.
Otra de las tradiciones que se nos han ido por la puerta de atrás, ha sido “El Domingo de Piñata”; aunque la verdad sea dicha… nunca vimos ninguna “piñata ni nada que se pareciera. Pero sí con regocijo y cierto estupor veíamos ese día a los quintos cantar por las calles, que incansablemente lo habían hecho durante toda la noche: cantar y “patear” los abundantes charcos que había cualquier calle y la falta de gorrones lo formaban. Siempre estaba la omnipresente garrafa en manos de dos ellos, y que...
“Con motivo de la aproximación de días de Carnavales, a fin de que el vecindario pueda divertirse sin detrimento de la moral y buenas costumbres, se acordó prohibir:
Así empezaba los acuerdos que tomó el Ayuntamiento en Sesión Extraordinaria del 24 de Enero de 1889 y seguía: “Vestir traje de ministro de la Religión Católica, de militar a la moderna y de magistrado de los Tribunales del reino”. Ahora… no lo sabemos; pero seguramente por ahí estará el Programa que nadie se atreve a ponerlo. Sí sabemos...
