Pues no sabemos porque estaba ahí el cura de
Valencia D. Olegario, que más de una vez nos echó la bronca, porque no los funerales seguimos con la vieja
costumbre de quedarnos en la
Plaza hasta que llegase el momento del pesame. El, el hombre no sabía que lo mismo hacíamos cuando el pésame se daba en la
puerta del fallecido, nos quedábamos al final de la
calle Valencia, a esperar a los familiares del fallecido que venían del
cementerio; dirigiéndose a la puerta ya mencionada, donde tenía lugar el
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