Colegio Cristo Rey y San Rafael, TALARRUBIAS

Con emoción y afecto descubro la fachada del Colegio en que pasé diez fecundos y decisivos años de mi niñez y adolescencia.
El Colegio, mi Colegio, fue mi segundo hogar. Allí pasé voluntaria y felizmente multitud de horas, allí trabé profundas amistades que aún perduran, allí recibí los fundamentos intelectuales de mi formación posterior y allí afiancé la religiosidad recibida de mis padres.
Las puertas del Colegio siempre permanecían abiertas y entre sus muros encontrábamos, mis amigas y yo,...