Al llegar al número 24, faltaban sólo dos bolas por salir y la expectación se inflamaba por momentos hasta un límite insostenible.
El Cardenal y el Maestre pensando en el empate se disponían a continuar otra agotadora sesión.
25ª dijo con monotonía Matania en tanto los otros miraban a Marañón y para escucharle el color de la anteúltima bola. Cuando dijo, Blanca, las miradas de todos se centraron en Matania, porque tenía que sacar la última bola.
26ª Blanca.
26ª Blanca.