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ORELLANA LA VIEJA: Luis, Campanaria, Julia: Saludos a los tres. Antonio...

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Crónica Orellanense: mayo del 2012
Durante los primeros días de este mes de mayo hemos disfrutado de toda la rica variedad que puede ofrecer un tiempo malo y loco, variedad que puede ser más rica, aun cuando tenga tampoco de apetitosa.
Lluvia apacible, sencilla, tierna y sentimental, lluvia doble, tormentas, vientos huracanados, ciclones, chunzos de punta (que nadie se pique al leer pues es fácil de confundir con otra frase), de todo ha caído sobre nosotros en estos últimos días, pasados entre angustias y aburrimientos.
Afortunadamente el día de San Isidro, el tiempo pareció arrepentirse de sus pasadas locuras, amaneciendo un día claro y despejado, aun cuando con un vientecillo arrullador que se metía hasta el corazón. Esperemos que este santo labriego y labrador haga que este arrepentimiento del tiempo sea completo y duradero, porque nuestra adorable juventud y nuestros labradores siempre piden cada uno para sus particulares fines. Los unos y los otros tienen mil razones en apoyar sus pretensiones, y lo que no son jóvenes ni labradores se adhieren a tan justa pretensión, ya que a todos nos gusta disfrutar de un buen tiempo.
Los “hooligan” fanáticos de futbol nos han demostrado últimamente su entusiasmo con tal cantidad de cohetes, fuegos sonoros de artificios y tracas, que ya le gustaría a la comisión de festejos el conseguir tanto ruido de artillería para ofrecérselo a los Orellanenses y visitantes en la próxima feria de agosto. Pero si de tontos y lápices hemos de hablar el primer premio y la palma (no la de martirio de los santos) se la llevarían los “Isidreros”, pues no había amanecido aun ¿que digo amanecer? ¡Pero si eran las seis de la madrugada!, de noche por todos lados de la mitad del mundo mundial y ya comenzaron a escucharse los fuertes y desagradables explosiones de los cohetes, tirados quizás por algún envidioso que quiso imitar a los hinchas futboleros.
El día quince la mañana se presentaba buena augurando una gran fiesta, la salida de carrozas y jinetes a caballos tuvo lugar como cada año desde la plaza del palacio de los Orellana, llegando sobre las doce a la Plaza del Santo. Encabezaba el desfile, la carrocita con la imagen de San Isidro labrador, bellamente adornada con vistosas cenefas de florecillas y verdes palmeras.
La primera de las carrozas la habían dado forma como de un carromato del oeste americano pero sin toldo que la cubriera: Se componía de tres arcos en forma de herradura cubiertos los tres con las típicas flores de papel y una docena de guirnaldas de eslabones cuadrados las cuales convergían en el arco central coronadas éstas por un sombrero negro de tipo cordobés. Se componía en su interior de una mesa velador y varias mujeres a su alrededor bien arropaditas con mantones de Manila, eso sí, provistas de grandes abanicos los cuales movían al ritmo de las canciones que interpretaban.
“viva san Isidro” podía leerse en uno de los laterales, niños sentados en una alfombra de flores de papel y poco más.
La segunda: Un precioso y bien trabajado Acuario carente de agua aunque no de belleza. Vistosos peces de colores de varias formas y tamaño emergían del suelo, una roja estrella de mar permanecía en el blanco enchinado fondo como dormida, dos grandes caballitos de mar de color rojizo flanqueaban la parte de atrás, entre ellos un amenazador pulpo de color azul resbalaba dos de sus brazos por uno de los costados de la carroza como descolgándose, los otros brazos parecían defender un cofre encallado en la arena junto a unas matas de algas verdosas; del cofre entre abierto, podía verse resbalando de su interior collares de perlas y brillantes cadenas doradas.
La tercera carroza: llamaba la atención la figura de un grandísimo abanico de más de tres metro de diámetro con tonos amarronados con la figura del celebre toro negro español en su centro, componíase también esta carroza de una botella gigante roja y negra de “Tío Pepe” con su bonita guitarra y su elegante sombrero cordobés girado hacia un lado.
La cuarta fue la más infantil y mas sencilla de todas, aunque no exenta de belleza en su ajuste. Componían sus elementos –carroceriles- dos figuras, una torre de franjas a colores bastante parecida a la que en nuestra iglesia soporta el esquilón de la fachada principal. En el centro de la carroza como segunda figura se balanceaba un bonito caballo blanco de crines azules de considerable altura, hecho al estilo de los de madera con agarraderos incluidos para que como en los originales los niños se puedan agarrar a ellos. En torno a estas dos figuras, sentados en el tapizado suelo un enjambre de simpáticos y bulliciosos chiquillos tiraban confetis sin cesar al público allí asistente.
¡Jo que carro mozas! Hubieran dicho en otros tiempos los hombres de Orellana, no, carro no, un adornado remolque sí, lleno hasta los topes de bellas y guapas señoritas vestidas de flamenca que después nos deleitaron en la puerta del Ayuntamiento con unas alegres sevillanas, muy bien bailadas por cierto.
Es una lástima que una fiesta que presume de ser extremeña no se bailaran ni cantara ninguna jota de nuestro pueblo tan rico en música como en canciones del folklore extremeño y que son tanto o más alegres que unas siempre repetitivas sevillanas. Al paso que vamos la arrolladora y poderosa cultura andaluza terminara por absorvernos.
Dando al traste con la de nuestros ancestros ¡Dios no lo quiera! pero yo lo veo venir.
Ya para terminar, un toquecito a nuestros ediles. Parece ser que los a remordido la conciencia por el estropicio que ocasionaron a lo quince morales de la carretera de Orellanita y en compensación han plantado cinco palmeras (que tardarán varios lustros en hacer sombra) todo esto en el camino de la calle Miralrío al Cementerio, donde también han plantado dos magnolios para que sus grande y olorosas flores (cuando sea) nos recreen la vista y el olfato.
Desde Orellana la Vieja Víctor Sanz.

Luis, Campanaria, Julia: Saludos a los tres. Antonio Ramírez: gracias por las fotos de S. Isidro ¿Cómo anda ese hombro?. Victor Sanz, amigo, como todas, esta crónica de Mayo, me ha encantado. No te hace falta hacer ninguna foto, fotógrafo; describes con palabras perfectamente las carrozas.
Un abrazo a todos
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Un beso Antonio de mi parte, y muy buenas tardes tenga usted.
Muy buenas maestro.
¿Como va todo?
Un abrazo