Al ver las fotos de este lindo pueblo y recordando con ellas todas las anécdotas que allí ocurrieron, siento una emoción intensa que me gustaría transladar a todos. Puede que no sea el pueblo más bonito pero, no se puede negar que tiene duende: por sus gentes, sus antiguas y calles, sus fiestas, el embalse y tantas otras cosas imposibles de enumerar por problemas de espacio y tiempo. Viva Orellana y los Orellanenses!!!. De una Orellanense que aunque desplazada no os olvida.
