LA HABA: No hombre, no, que una cosa es debatir, otra la cortesía...

Claro que la República no es de derechas ni de izquierdas, la prueba más clara es que en las nuestras gobernaron partidos de uno y de otro signo político. De hecho Federico Jiménez Losantos y César Vidal se han declarado siempre republicanos. La República es el régimen, otra cosa es el ideario político del partido que en ese momento, y tras aunar la voluntad de un pueblo en unas elecciones generales, esté gobernando.

No sé si me quedaría yo más tranquilo con un presidente de la república. Tomando como referencia algunas democracias vecinas como la francesa, los gastos institucionales de la presidencia de la república son aún superiores a los de nuestra desvencijada monarquía, y la corrupción política jamás ha dependido del tipo de régimen. No me hagan dar ejemplos.

A mi lo que me inquietan son otras cosas de las que uno, como buen observador, viene levantando acta, por ejemplo: he conocido a pequeños y medianos empresarios que se autocalifican como "gente de izquierdas". Su problema es que con la crisis económica, que lo mismo vale para un roto que para un descosido, sus ingresos se han visto reducidos ¿Cuál ha sido su solución? Poner de patitas en la calle a la mitad más uno de sus trabajadores. Es decir, la misma que han utilizado siempre todos esos patronos fachas a los que un día criticaron ferozmente.

Es algo muy extendido, es fácil y barato: si me ahorro vuestros sueldos hago subir un poco mi balanza de ingresos.

Yo me pregunto ¿Quiénes se están aprovechando de la crisis? ¿Qué fue de todo aquel pelo de la dehesa? ¿De tantas promesas incumplidas? ¿Se puede ser empresario y ser puramente de izquierdas? ¿Hay algún político que pregone con el ejemplo? La respuesta es sencilla: en cada uno de nosotros habita un pequeño dictador, solo se tienen que dar las circunstancias favorables para que nos enseñe su sable.

Un abrazo, Leganés, tema para el debate.

Un abrazo, Pedro, buenas noches: bueno ya es la hora de escuchar Radio Pirenaica.

Comenzando al revés, debo decirte -como tú apuntas de vez en cuando- que tengo tal pereza para debatir sobre asuntos tan manidos que prefiero que cada cual se haga su composición de lugar y actúe libremente en consecuencia. No me malentiendas, que no va por ti en absoluto, me encanta conversar, me ha gustado siempre, no rehúyo la polémica, pero intentar persuadir con argumentos propios los pensamientos ajenos que no me sean afines, es tarea vana que descarté hace tiempo. Pero, es verdad, el tema de la reinstauración de la República -que a mí sí me satisfaría- merece un debate más allá del tema presupuestario, o quizá, sin más rodeos, merezca someterse a plebiscito y contar las papeletas.

Respecto a esos dos pollos que nombras, jejeje, que se declaran republicanos, ateos, antitodo, son….., antes que nada, son perspicaces empresarios carentes de ideología racional (podría hablarte); y aprovecho: ser de izquierdas, Pedro, esto sí que merece un tratado, conlleva una manera de pensar y ser, un comportamiento, un “talante” que decía aquél, un concepto del mundo que, a mi modo de ver, trasciende lo de ser autónomo, pequeño empresario o bracero del campo: te sugiero, caso que no lo hayas hecho, que eches un vistazo a la biografía de F. R. de Chateubriand.

Enlazando con lo anterior, e igualmente merecedor de una vasta tertulia, es el concepto tan generalizado al considerar que una persona que viva bien, me refiero a holgura económica, deba de ser por definición conservador en sus ideas y votante de la derecha: inmenso error. Y lo encadeno con mi última observación a tu escrito, ese dictador que tú dices que llevamos dentro, yo no lo veo como tal: veo en todos nosotros una idea latente, muy legítima, que nos impele a mejorar nuestras condiciones de vida; precisamente este anhelo social es el que nos va a definir como de izquierdas, si optamos por ejercerlo solidariamente; o de derechas recalcitrante, si nos puede la codicia. Dicho de manera muy simplista, por supuesto.

Y aluego están los mostrencos, de izquierdas o de derechas, los que invierten cantidades ingentes de energía, con roma y bronca vehemencia, intentando imponer sus dogmas contra el pensamiento de los demás, estos sí, estos pueden degenerar en cualquier cosa.

Bueno, hasta mañana, que me via jabeñeá.
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EL ESTADO DE LAS COSAS

Yo también, Leganés, estoy cansado de cruzar puentes sin río. Mi creencia absoluta, la que he defendido siempre, es que no existe nadie de izquierdas. Tal vez esa sea su ilusión, pero "el pequeño dictador" seguirá haciendo de rémora. Todo es mentira. Ni el propio Karl Marx, proveniente de una familia judía burguesa que se fumaba puros mientras en una onerosa mesa de caoba elucubraba sobre teorías que luchaban contra la razón. Marx, que era muy inteligente, creó un tratado muy influyente para un mundo imposible, dolorosamente utópico, pero acertó en el diagnóstico: el dinero lo condiciona todo. Y lo que intento dilucidar es qué personaje me puede servir de icono, de símbolo mayestático de todo ese ideario en un mundo que sólo se mueve por intereses, las más de las veces bastardos.

Lo que únicamente uno puede mirar es la máscara, jamás lo que hay detrás de la máscara, y mejor que así sea puesto que lo que hay detrás en demasiadas ocasiones nos asustaría. Esos mitos, Leganés, se han derribado se han derribado hace tiempo, nadie inteligente cree en ellos, sólo tienes que mirar a tu alrededor, a nadie le importan ya las siglas ni las monarquías ni las repúblicas. Te lo dije hace tiempo; gobierna el dinero, el único ideal es la economía, y la gente se amontona en hileras como como tristes cienpiés en los Centros de Empleo pateados por los que dicen ser de izquierdas y de derechas. Pero sólo atienden a una razón: el dinero, un poderoso disolvente para lavar todo tipo de prejuicios y escrúpulos. Ahora bien, se puede seguir con la mentira eternamente, eso no variará el putrefacto estado de las cosas.

Terminaré con algo que ha dicho el Premio Nobel de Medicina, el oncólogo brasileño Drauzio Varella "En el mundo actual, se está invirtiendo cinco veces más en medicamentos para la virilidad masculina y silicona para mujeres que para la cura del Alzheimer. De aquí a algunos años, tendremos viejas de tetas grandes y viejos con el pene duro, pero ninguno de ellos se acordará para qué sirven".

Ese es el estado de las cosas, y así seguirá siendo.

No hace falta que me contestes si esto te aburre, jabeñea, querido, jabeñea.

No hombre, no, que una cosa es debatir, otra la cortesía y otra JABEÑEAR, jejeje. Te contesto encantao, por dios. La cortesía no es el rendibú ni la pelota o la claudicación, es la educación y las buenas maneras, ambas cosas mu asequibles hasta pa los pobres como todos semos: ¿qué trabajo cuesta ser agradable incluso pa discrepar?, pero amoh, que desas tres cosas que he dicho al principio, con un poquito de cada una de ellas, puede vivir el Foro Jabeño eternamente, ques mi matación con el jabeñerío. Asín que, venga, ¡a escribir, Jabeños!

Marx, nada voy a descubrir dél, quizá sea uno de los más grandes filósofos de tós los tiempos; si no existiera la relatividad y las ideas se pudieran pesar en una romana lo verificaríamos aritméticamente, es probable queste pensador haya sido, con diferencia, el que más ha incidío en el devenir del mundo moderno, para bien o para mal: lo que se llama izquierda, bah, apenas es un neutrino acomodaticio de toa esa masa de pensamiento. Y, efectivamente, el constató quelque tiene el “capital”, los medios de producción, es el que tiene todo el poder, para a continuación fundamentar la manera de queste cambiara de manos, el cómo había que proceder para conseguirlo, en qué fases había que desarrollarlo y cómo debería gestionarse ese mastodóntico cambio para aluego gobernar el Estado naciente: casiná, como pa no queré jabeñear, jejejeje.

Como sabes, Pedro, y sabes que lo digo porque lo creo de verdad, estoy mu aferrao al presente que no otra cosa es vivir. Y pa eso del dinero, hace ya unos años, bastantes, magarré al budismo; concretamente a esto:

“Los hombres, que pierden la salud para juntar dinero, y luego pierden el dinero para recuperar la salud; y que por pensar ansiosamente en el futuro, olvidan el presente de tal forma, que acaban por no vivir ni el presente ni el futuro, viven como si nunca fueran a morir, y mueren como si nunca hubiesen vivido”. ¿Qué te parece?, no te digo yo que hay que irse a jabeñear, jejeje.

Un mu fuerte abrazo,