No te conozco pero me solidarizo contigo, por que mi familia hemos tenido la desgracia de sufrir algo parecido a lo que tu comentas. Es duro tener que hablar asi de un padre, pero es más duro sufrirlo durante una vida entera y no poder hacer nada. Mis 4 hermanos sufrimos su violencia en nuestras carnes, todos marchamos de casa demasiado jovenes y pusimos tierra de por medio. Unos a Cadiz, otra a Valencia... Mi madre es la que más lo sufrió la llegó a coger del cuello estando embarazada de 6 meses por coger dinero para dar de comer a sus hijos., Siendo unos niños mis hermanos y yo yambien sufrimos sus Yo nunca podré olvidar como descubrí que el Ratoncito Perez no existía: Despues de recibir una paliza perdí un diente y lo puse bajo la almohada esperando que me trajera 5 duros, por la mañana me encontré el diente esangrentado. Así descubrí que no existía aquel raton. Y eso s una de tantas que hemos sufrido.
La verguenza y el miedo nos mantenía en silencio, pero ahora hemos decidido desenmscararle, que es el primer paso para acabar con esa lacra.
No podeis imaginar la rabia que sentíamos cuando el "señor Juan Cascos Cano" natural de Campanario llegaba al pueblo y se transformaba en un ser educado agradable, simpatico padre y marido ejemplar de puertas para fuera y en casa volvia a convertirse en el monstruo que es. Lo curioso es que jamas se le vio discutir siquiera con un hombre, su cobardia se lo impedia y la frustración que esa cobardia le producía es la que le volvía violento con su mujer e hijos, y con mi abuelo materno, que alguna que otra se llevó el pobre por defendernos.
Por eso pasando por encina de la verguenza declaro que nuestro padre JUAN CASCOS CANO es un maltratador cobarde.
uN saludo y me alegro de que tu tambien te hayas librado de tu verdugo.
SUERTE
La verguenza y el miedo nos mantenía en silencio, pero ahora hemos decidido desenmscararle, que es el primer paso para acabar con esa lacra.
No podeis imaginar la rabia que sentíamos cuando el "señor Juan Cascos Cano" natural de Campanario llegaba al pueblo y se transformaba en un ser educado agradable, simpatico padre y marido ejemplar de puertas para fuera y en casa volvia a convertirse en el monstruo que es. Lo curioso es que jamas se le vio discutir siquiera con un hombre, su cobardia se lo impedia y la frustración que esa cobardia le producía es la que le volvía violento con su mujer e hijos, y con mi abuelo materno, que alguna que otra se llevó el pobre por defendernos.
Por eso pasando por encina de la verguenza declaro que nuestro padre JUAN CASCOS CANO es un maltratador cobarde.
uN saludo y me alegro de que tu tambien te hayas librado de tu verdugo.
SUERTE
