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CABEZA DEL BUEY: ESCUELAS HOGAR...

ESCUELAS HOGAR
DÍA DE CONVIVENCIA
14 DE AGOSTO DE 2011

DELFI

ESCRITO DE E. H. “SANTA TERESA”

Ante todo os doy las gracias a los aquí presentes, especialmente a Antonio Rincón “el culpable” de todo esto. Estamos así fortaleciendo un vínculo que nos une a todos/as los que hemos pertenecido a las E. H. “San Vicente”, “Santa Elena” y “Santa Teresa”.
También quiero agradecer a aquellas personas que en un día lucharon para abrir estos centros: a sus directores/as, a todos los educadores/as que se esforzaron día a día para formarnos como personas, sin despreciar la labor paralela de los maestros/as que nos transmitieron su saber sin escatimar esfuerzos, y… cómo no, a nuestros padres, los cuales aprendieron a vivir la ausencia de sus hijos, limitándose a disfrutar de ellos tan sólo en las vacaciones o fines de semana.
Algunas personas ya no están entre nosotros/as vaya nuestro recuerdo más entrañable para ellos/as.
Me consta que lo que yo siento cuando hablo de mi E. H. es el mismo sentimiento que surge en cada uno/a de vosotros/as. Se me “llena la boca” con estas dos letras: E. H. mientras me invade por dentro un cosquilleo de nostalgia. No exagero cuando digo que fueron los mejores años de mi infancia y adolescencia. Aún me emociono cada vez que veo en casa de mi madre mi “talega” de la ropa; los años y la falta de uso le hicieron perder su blancura impoluta, pero todavía conserva intactas, en azul, y a punto de cruz mis iniciales y el 118, aquel número mágico presente en mis prendas de vestir, cama, armario, servilletas, etc…Tampoco podré olvidar mis recreos llenos de partidos envenenados, juegos de la “goma” y tantos otros…el cine de los domingos, los juegos de mesa, las clases de Pretenología o manualidades, los estudios con algún que otro mensaje en forma de “barquito” (que no siempre llegaba a buen puerto), nuestros cuchicheos nocturnos entre literas, las clases, (menos las de matemáticas), las salidas al campo los domingos o fiestas, los trueques a la hora de la comida (te doy el filete, me das el postre), etc…Un sin fin de experiencias vividas por cada una de nosotras que nos han ido enriqueciendo, y ahora recordando nos hacen sentir como niñas de nuevo y sobre todo privilegiadas porque tuvimos la gran suerte un día de cruzar el umbral que fue durante unos años un hogar acogedor donde vivíamos curso a curso con nuestras penas y alegrías, pero siempre con un techo, con cama, plato y bajo la atenta mirada de aquellas personas que se preocupaban de cuidarnos.
Un abrazo para todos/as y que disfrutéis de este día memorable y espero que algún día repetible.

¡GRACIAS!
Delfi