Poema a Azuaga (Badajoz)
Azuaga le da la bienvenida al viajero,
que viene del sur,
por la campiña del llano,
por sus campos de sol inundados,
donde las estrellas reinan en la noche.
Azuaga, pueblo principal del sur de Badajoz,
como un símbolo ilumina el paisaje,
como una estrella se eleva,
con sus anchas calles,
y su su dulce paz reflejada.
Casas blancas como torres de acero,
como monumentos en medio de una plaza,
se elevan en el caserío,
como construcciones bellas,
ejemplares, y luminosas.
El parque como un conjunto de jardines
diseñados con esmero,
es una extensión de versos con ritmo
donde la hermosura tiene su contemplación,
y los sentidos su conjunción.
La iglesia con sus paredes blancas,
su plaza como unidad vertebradora
del urbanismo popular,
eleva sus tejados,
donde la luna posa de noche.
La gente es amable,
pulcra, noble, hospitalaria,
con educación y con cultura.
Sabio pueblo de Extremadura,
donde la gentileza es muestra de su carácter.
Córdoba. José Francisco. Marzo, 2011
Azuaga le da la bienvenida al viajero,
que viene del sur,
por la campiña del llano,
por sus campos de sol inundados,
donde las estrellas reinan en la noche.
Azuaga, pueblo principal del sur de Badajoz,
como un símbolo ilumina el paisaje,
como una estrella se eleva,
con sus anchas calles,
y su su dulce paz reflejada.
Casas blancas como torres de acero,
como monumentos en medio de una plaza,
se elevan en el caserío,
como construcciones bellas,
ejemplares, y luminosas.
El parque como un conjunto de jardines
diseñados con esmero,
es una extensión de versos con ritmo
donde la hermosura tiene su contemplación,
y los sentidos su conjunción.
La iglesia con sus paredes blancas,
su plaza como unidad vertebradora
del urbanismo popular,
eleva sus tejados,
donde la luna posa de noche.
La gente es amable,
pulcra, noble, hospitalaria,
con educación y con cultura.
Sabio pueblo de Extremadura,
donde la gentileza es muestra de su carácter.
Córdoba. José Francisco. Marzo, 2011
