Ahora mismo moza recia, cuando ya me siento arropado con el manto de la nacida en Magdala y viéndote a ti tan fría presidiendo el asentamiento del desalmendrado almendral, pienso, cosa rara entre los que componemos esta yerma vecindad, que, si a vista de pájaro, Nogales y su fortificación sólo es una insignificancia, ¿qué serán la Torre de Miguél Segmero o el almendral sin almendros? Para mi que nada, una cagada de mosca en las cartas de un marinero que surca intrépido y temerario a bordo de una cáscara de nuez la inmensidad de los océanos.
Pero bueno, esto es válido para este enclave y para mil millones más, donde si algo no funciona, se le echa la culpa a los de la capital y estos, a la capital de las capitales pero, estos últimos, ¿a quien se la echarán? ¿A Bruselas?
Yo entiendo, que el follaje por entre el que nos movemos, a veces nos nos dejen ver el encinar clareado en toda su extensión, no obstante, también es verdad que nuestras nimias rencillas son pecata minuta en este mundo tan global, máxime, si tenemos en cuenta que; como las ciencias en los últimos tiempos han adelantado una barbaridad, mediante el telefonino o enchufando el portátil aunque sea al tronco de un chaparro, tu misma puedes hacerte una idea aproximada de quien es quién lleva la batuta. Y sí, a mi parecer está programada desde esa ciudad del Benelux, ese territorio donde la mejor infantería de las Españas de los Austrias acabó mordiendo el barro; en Rocroy precisamente, pero dándoles las gracias a todos aquellos que, entonces igual que hoy, sólo miraban de tener llena su panza sin percatarse, que sus miserias eran pura entelequia al lado de lo real.
¿Pero qué es lo real ahora? Pues que los que nos van a representar allí, se han doblado el salario, es decir, de tres mil quinientos eurinos al mes, a siete mil. Tampoco es mucho, es el cincuenta por cien. ¿Es ese el problema? Para mi que no, porque creo, que es allí, de verdad, donde se está dando la gran batalla. No entre los choricetes del caso Gürtel o que, corruptos alcaldes o presidentes autonómicos convictos y confesos den conferencias de ética en universidades no. Ni siquiera me preocupa que enanos hombrecillos pacten con la curia de siempre para mantener privilegios no. Estas pequeñeces, me la traen al pairo porque sé, que, antes o después se les verá el plumero y acabarán donde se merecen.
Lo que si me tiene inquieto es, el desconocimiento tan grande que tenemos sobre el por qué y lo que nos jugamos todos, cuando somos citados para dar nuestra opinión votando a los que deben batirse el cobre una vez más, en Bruselas.
Salud.
Pero bueno, esto es válido para este enclave y para mil millones más, donde si algo no funciona, se le echa la culpa a los de la capital y estos, a la capital de las capitales pero, estos últimos, ¿a quien se la echarán? ¿A Bruselas?
Yo entiendo, que el follaje por entre el que nos movemos, a veces nos nos dejen ver el encinar clareado en toda su extensión, no obstante, también es verdad que nuestras nimias rencillas son pecata minuta en este mundo tan global, máxime, si tenemos en cuenta que; como las ciencias en los últimos tiempos han adelantado una barbaridad, mediante el telefonino o enchufando el portátil aunque sea al tronco de un chaparro, tu misma puedes hacerte una idea aproximada de quien es quién lleva la batuta. Y sí, a mi parecer está programada desde esa ciudad del Benelux, ese territorio donde la mejor infantería de las Españas de los Austrias acabó mordiendo el barro; en Rocroy precisamente, pero dándoles las gracias a todos aquellos que, entonces igual que hoy, sólo miraban de tener llena su panza sin percatarse, que sus miserias eran pura entelequia al lado de lo real.
¿Pero qué es lo real ahora? Pues que los que nos van a representar allí, se han doblado el salario, es decir, de tres mil quinientos eurinos al mes, a siete mil. Tampoco es mucho, es el cincuenta por cien. ¿Es ese el problema? Para mi que no, porque creo, que es allí, de verdad, donde se está dando la gran batalla. No entre los choricetes del caso Gürtel o que, corruptos alcaldes o presidentes autonómicos convictos y confesos den conferencias de ética en universidades no. Ni siquiera me preocupa que enanos hombrecillos pacten con la curia de siempre para mantener privilegios no. Estas pequeñeces, me la traen al pairo porque sé, que, antes o después se les verá el plumero y acabarán donde se merecen.
Lo que si me tiene inquieto es, el desconocimiento tan grande que tenemos sobre el por qué y lo que nos jugamos todos, cuando somos citados para dar nuestra opinión votando a los que deben batirse el cobre una vez más, en Bruselas.
Salud.
