Amanecer desde la fuente de los delfines, VALENCIA

Foto de Vicente MR

Astrometría

amanecer, la aparición del Sol sobre el horizonte.

Orto

«Amanecer».

Respecto a un observador, un astro está en el orto cuando atraviesa el plano del horizonte y pasa al hemisferio visible, —cuando «amanece»—. Es decir, cuando su altura astronómica es cero pasando de negativa a positiva. Si el disco del astro es apreciable —casos del Sol y de la Luna— el orto se produce cuando su limbo superior toca el horizonte. En el caso del Sol esto sucede en el amanecer, estando su centro a 90º 50' del cenit: a los 16' del radio solar, hay que añadirle 34' debido a la refracción atmosférica, resultando esos 50' más. Cuando se "ve" el limbo solar rasante con el horizonte, realmente, según se ha demostrado muchas veces, aún se encuentra 34' por debajo de él.

Un caso particular de orto es el orto helíaco. El de Sirius en particular tuvo una especial significación por su relación con el establecimiento del primer calendario solar, el calendario egipcio, del cual somos herederos. Las estrellas circumpolares no tienen orto ni ocaso.

En el lenguaje común, al orto se le denomina amanecer, alba o aurora. En ocasiones se diferencia la aurora, que sería el primer resplandor del cielo, del amanecer, que correspondería a la salida del sol.

Origen del término

El término viene del latín ortus que significa "nacimiento". Esta palabra se relaciona con el verbo orior (levantarse, nacer), de donde viene la palabra "oriente", y con la palabra latina origo (origen). "Orto" y "salida" son sinónimos. El antónimo de orto es ocaso.

La escultura de los delfines en el Paseo de la Malvarrosa

La escultura se encuentra en el paseo marítimo, a la altura del Hospital de la Malvarrosa. Por encima de un mar de teselas azules y blancas, dos delfines saltan alegres por la proximidad de su mar. Fue inaugurada con el paseo en 1998.

Antonio Marí Sart (Toni Marí) es el escultor de la sencilla escultura del paseo de la Malvarrosa. De oficio forjador de hierro, y natural de Xàbia, despertó un día su creatividad –y con ella su conciencia-, por una simple casualidad, abriendo los ojos del público, al dotar de vida el hierro. Desde sus primeras y sencillas figuras de animales hasta sus imponentes imágenes humanas han transcurrido sólo tres lustros, en los que ha pasado de ser un sencillo trabajador de un oficio en desuso, a un artista cuyas piezas se pueden encontrar por medio mundo.
(28 de Marzo de 2021)