Camí Racó de l'Anell es una famosa
calle, que a su vez pertenece al municipio de
Valencia. De tal manera, que también pertenece a Valencia.
Al pasear por esta dirección podremos observar que hay muchos lugares interesantes. Gracias a su interesante ubicación, es elegida para iniciar multitud de rutas a pie y
coche.
En esta zona existen muchos portales, números e incluso garajes.
Los transeuntes de esta parte del municipio habitualmente transitan por Cami Vell Dalboraia y Cami Vell D Alboraia.
Por si fuera poco, es de las mejores zonas de Valencia. El movimiento de vehículos no es problemático.
Levante
EL MERCANTIL VALENCIANO
La agonía del Racó de l'Anell
La revisión del PGOU de Valencia incluye una
carretera que atravesará uno de los pocos núcleos rurales que pervive al norte de la ciudad El plan supone la desaparición de alquerías centenarias y
huerta protegida
voro contreras valencia
29·01·12 | 01:00
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El Racó de l'Anell es la huerta valenciana pura y dura. Recibe este nombre porque allí, al norte de la ciudad, se cruzan, aunque sin mezclar sus
aguas, las históricas acequias de Les Fonts y Rascanya formando una especie de anillo. En sus
campos se cultivan patatas, lechugas, coles y, sobre todo, chufa. Desde una docena de alquerías, la mayoría habitadas durante todo el año, se ve a lo lejos el abarrotado
barrio de Torrefiel y el trajín del tráfico de la Ronda Norte y de la antigua carretera de
Barcelona. Sólo una enorme pintada en la pared de una de las alquerías desentona en este
paisaje que sobrevive a espaldas de la gran ciudad: "L'Horta és vida. Salvem el Racó de l'Anell".
El "camí del Racó" sigue entre
huertas y alquerías -la de Casani, la de Xenillach, la de Tomás, la del Xirivellano...-, que desaparecerán si se aprueba tal como se plantea el PGOU. Pepe, dueño de la del Coixo, se asoma a la
puerta y dice: "aquí la tierra la trabajamos. Si desaparece el
campo y las
casas, desapareceremos las personas".
El "camí del racó" termina en las alquerías de Amparo y Paco,
Casa Carrils, donde hay colgada una pizarrita en la que los agricultores apuntan sus tandas de riego. "Este es un lugar privilegiado de Valencia -destaca Amparo-. Aquí viene gente con cochazos para preguntarme si mi casa estaba en venta... Pero yo no quiero vender mi casa ni levantarme por las mañanas, asomarme y ver una carretera donde antes estaba este
huerto".