El Faro entre el Arco Iris, VALENCIA

El antiguo faro de Valencia, en el olvido

Las luces de la centenaria torre se apagaron en 2015, eclipsadas por un innovador sustituto tras la ampliación del puerto. Su compleja situación hace imposible el acceso a esta construcción que cumple 110 años

TAMARA VILLENA
Valencia
Domingo, 14 julio 2019, 09:58

De hierro y piedra
Con una fachada cubierta de piedra, la torre se construyó a 500 metros de su ubicación final, que por aquel entonces no era más que una roca sobresaliente en el mar. Fueron necesarios tiempo, esfuerzo y paciencia para formar progresivamente, con los medios de principios de siglo XX, un paseo de piedras que llevase hasta donde debía estar el foco. «Se iban añadiendo las baldosas sobre las que se trabajaría al día siguiente, así hasta llegar al punto donde se ubicaría el faro», ilustra Pascual.

En su interior no faltan los detalles, aderezados por el paso del tiempo: «Llora óxido», observa Marco A. Sáez, técnico de señales martítimas en la APV y encargado del faro, sobre las manchas en la chapa blanca que recubre el interior de la construcción, propia del armazón de los barcos antiguos. Sus ventanas se estrechan según se asciende en altura, hasta el punto de llegar a dejar apenas un par de centímetros para la entrada de luz: «Esta es la ventana de lanzar flechas», bromea el técnico sobre el curioso detalle, que se debe a la misma constricción de la estructura en su parte superior. Las escaleras alternan peldaños verdes y rojos que guían inconfundible -y necesariamente- los pasos de cualquiera que se adentre en la estructura de hierro. Esta elección de colores está pensada para evitar accidentes provocados por las prisas o los despistes: «Así sabes dónde pisas», justifica el operario.

LA CIUDAD Y SUS VICIOS

La leyenda del viejo faro de Valencia: el monumento aislado donde el Marítim se daba el lote

Vicent Molins

PATRIMONIO VALENCIA

Visita a un espacio mitológico de la ciudad más marinera, relegado al fuera de juego

23/04/2016 -

VALENCIA. Con los faros -tan lustrosos, tan espigados- ocurre como con los reptiles milenarios, que con cada paso mueven pedazos de memoria y su costra está hecha de lonchas de historia. El puerto de Valencia tiene un faro que ilumina una postal inverosímil. Es el viejo faro, vigía de los mares, pero también respaldo de las escapadas furtivas de los pobladores marítimos. El viejo faro ha quedado hoy como una leyenda en un tiempo equivocado: inaccesible a la ciudad, una reliquia atrapada entre las instalaciones de la Autoridad Portuaria.
(28 de Marzo de 2003)
Prohibido el paso

Pasan incesantes a la vera del viejo faro cargamentos de automóviles preparados para enviarlos a lo lejos. En ese trasiego silencioso de mercancías parecería que se fueran a llevar al faro y transportarlo a peso. El viejo faro apenas recibe ya visitas, tan hecho como estaba a ser un centro de dispersión marina. Las llaves que abren sus accesos están poco acostumbradas.

Qué ha sido del viejo faro. El escritor y editor Felip Bens, eminencia marinera, se quedó desde pequeño prendado...