En 1888 (apeadero original en 1984) se inauguró la
estación de
Alicante Benalúa proyectada por el Ingeniero francés M. Alemandy, que le confirió un aire romántico con una
arquitectura de pilastras, recercados y balaustradas se instaló en un punto estratégico en la red al ser el
Puerto de Alicante el de mayor tráfico comercial del Mediterráneo español. Debido precisamente a esto, al localizarse la estación de Benalúa junto al
mar, su cimentación se tuvo que realizar sobre pilotes. Disponiéndose la edificación en forma de U, aprovechando la concavidad para hangar de llegada de
trenes. El cuerpo central, destinado a los viajeros, está enfrentado al final de las
vías, tiene dos plantas y está resuelto en un solo plano, subdividido mediante el empleo de pilastras y con unos huecos de forma y tamaño distinto según posición en la planta y función a desarrollar.
El desarrollo del puerto originó la entrada de las vías en el interior del muelle de Poniente y los trenes regionales que conectaban Alicante con
Murcia se trasladaron a la otra estación de Alicante Término (situada cerca del centro urbano frente a la avenida
Salamanca). La falta de uso motivó que el último
tren comercial saliera de la estación de Benalúa en el año 1974, noventa años después del trayecto inaugural de la línea. Posteriormente, durante un breve período de tiempo, en 1982 la estación volvió a entrar en funcionamiento por las graves inundaciones que sufrió Alicante, y que dejaron inutilizable la estación de Renfe.
En 2009, desde la Red de
Casas pertenecientes al Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, se fundó
Casa Mediterráneo, una institución de diplomacia pública cuyo objetivo fundamental es el fomento del conocimiento mutuo y el acercamiento entre
España y el resto de los países de la
cuenca mediterránea, en áreas tan diversas como la cultura, la economía, el cambio climático, la igualdad de género o la innovación científica y tecnológica. Tras varios años de obras, el 1 de abril de 2013, inauguró la sede actual de Casa Mediterráneo.
El
edificio ha vuelto a tener alma, mediterránea, como cuando se construyó.
J. J. C.