En el albacar d’en mig destaca el
edificio del Cuerpo de Ingenieros, donde ahora está el centro de visitantes, con los calabozos a un lado y la
Torre de Sant Jordi y la Torre de
Santa Catalina, la más alta, en el otro. Separadas también por un foso llegamos al albacar vell. En plena bajada, donde ahora se encuentra la
tienda de venta de recuerdos estaba el almacén de la pólvora. Si nos dirigimos hacia la
muralla que da al
mar veremos las
ruinas de la Tahona, donde se pueden ver algunas ruedas para moler. A continuación, vigilando el mar, el Baluarte del Rey. Seguimos descendiendo y llegamos a la parte más reciente del
castillo y más importante, ya que abandonada la parte alta del castillo, la
medieval, a partir de un nuevo
Patio de Armas, se levantaran los nuevos
edificios, la
ermita de Santa Bárbara, de la que sólo quedan restos, el Cuartel de la Tropa, hoy
salón Felipe II y el edificio del Cuerpo de Guardia. En el mismo patio de armas vemos los ojos del enorme aljibe que hay debajo. También están los calabozos y junto al mar, el baluarte de la reina, donde hay un
kiosco y mesitas para tomarse un refrigerio.