Inma, esta sí que es una
foto preciosa; ese cruce de miradas de cariño-complicidad, cuenta muchas cosas. Muy guapas los dos.
Tengo muy freca en la memoria la tristeza y soledad en que sesumía el
pueblo, cuando todas partíais para Calahorra. Nos quedábamos huérfanos de la compañía femenina, quedaba mutilada mucha vida de
juegos y risas. Tanto fue así, que pensé meterme cura yo también. Calahorra vaciaba el pueblo.